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El Barrio Chino de La Habana


Cerca de lo que fue La Plaza del Vapor, hoy desaparecida, entre las calles Dragones, Rayos, Lealtad y Zanja, está el barrio chino de la capital cubana, alguna vez el más grande e importante de las Américas.

A partir del 4 de Junio de 1847 llegaron miles de chinos a Cuba, el primer grupo llegó en el vapor Oquendo al puerto de La Habana. Se calcula que entre1847 y 1874 entraron unos 150 mil chinos de Hong Kong, Macao y Taiwan Via Manila – Filipinas contratados para trabajar en plantaciones de caña y café, junto a los esclavos africanos o sustituyendolos. Por eso los chinos consideraban un insulto la copla cubana de: “Chino de Manila, Pa’Cantón “ algo similar al “ Yanki Go Home “

Los chinos traían una cultura diferente a la de los africanos y pronto cuando el contrato malevoso se cumplía y mediante una artimaña legal se les extendía el trabajo cuasi esclavo, muchos eligieron el suicidio, otros una vez libres derivaron hacia los oficios para ganarse la vida. Trabajaron en La Habana en la industria, el comercio, los servicios y las construcciones. No rehuyeron a incorporase a la lucha por la Independencia de Cuba en su momento, y sobre eso se ha escrito bastante.

En los inicios existía un espacio vacío en el centro de La Habana, cuyo eje central era la llamada Calzada de
la Zanja, a lo largo de la cual pasaba el agua del rio Almendares desde los afluentes de Puentes Grandes hasta el Callejón del Chorro, con destino a las embarcaciones, en lo que hoy es la Plaza de la Catedral. El chino Chun Long, con el nombre españolizado de Luis Pérez, funda en 1858, una fonda en la esquina de Rayo y Zanja, mientras su paisano Lin Si Yin (Abraham Scull) levanta un puesto de verduras chinas y frutas. Asi se inició el Barrio Chino de la Habana.

El conocimiento y uso de muchos vegetales de origen asiático se debe al cultivo que, en aquellos tiempos, realizaban los chinos, aprovechando el suministro de agua fresca de la Zanja Real, posteriormente con la urbanización y desaparición de la Zanja, los chinos agricultores se asentaron en las afueras de la Habana,en areas de Calabazar, Bejucal, y otras zonas de los alrededores. Aunque no fueron los chinos quienes introdujeron el arroz a Cuba si contribuyeron a su consumo ya que está presente en su gastronomía y hoy es indispensable en la mesa cubana.

El Barrio Chino se encuentra en el municipio de Centro Habana, está compuesto por cuatro o cinco calles pequeñas, la calzada de Zanja ( al norte ), Rayo ( al este ), Lealtad ( al Oeste ) , y la mas característica de todas, la calle Dragones ( al Sur ). Aunque la calle principal de negocios y servicios fue La Calle San Nicolás entre Zanja y Dragones.

Posteriormente a finales del siglo 19 y comienzos del 20 llegaron unos cinco mil emigrantes chinos procedentes de California. Estos aportaron un gran impulso comercial a la comunidad china. Crearon restaurantes de lujo, cafeterías, teatros, bancos, bodegas, periódicos, funerarias, casinos, sociedades y salones donde se ofrecían reuniones y actividades culturales, todos asentados en los alrededores de la calle San Nicolás entre Zanja y Salud.

Una peculiaridad del barrio son las llamadas Sociedades Chinas de Instrucción y Recreo, pequeños centros donde se agrupaban los chinos por apellidos y regiones de procedencia, situados invariablemente en un primer piso, entre ellas estaban: Lung-Con-Cun-Sol, Chang-Weng-Chun-Hong, Chi-Tack Tong, y otras muchas que se fomentaron para aglutinar y servir de apoyo a muchos paisanos que no tenían ningún familiar en la Isla, muchas de estas sociedades tenían habitaciones que alquilaban a sus asociados, los cuales compartían baños y cocina en areas comunes del edificio.

Habían otras asociaciones de carácter comercial como la Cámara de Comercio que radicó en la Calle de la Reina, entre Manrique y San Nicolás, la Unión de Detallistas del Comercio, que llegó a publicar la revista Fraternidad en sus tiempos iniciales y la Wah Tin Yi Kuan Con Hui, Asociación de Lavanderías Chinas, que agrupó a mas de 250 trenes de lavado.

Tenían además el Banco de China con un presupuesto de cerca de 2 millones de dólares en 1959, en los
bajos del edificio que ocupaba el Casino Chung Wah en la calle Amistad a un costado de la Cía de Teléfonos  en cuyas 2 plantas intermedias la ocupaban oficinas de abogados, y de servicios a la comunidad china, y en la planta superior el Casino, con su amplio salón a los balcones, y sus oficinas, y áreas de servicio como baños y la cocina. El Casino era la institución común a todas las sociedades.

El sistema de atención a la salud consistía en un centro de consultas y laboratorio en el mismo Barrio chino y una clínica con todo lo necesario y pabellones para pacientes, en las Alturas de Lawton, llamada Kow Kong, donde nací yo, como muchos chinos- cubanos de la época.

Contaba la comunidad china en La Habana en 1958, de 4 cines, alguno como el Águila de Oro daba funciones de teatro para piezas de la Opera China. 
Los cines chinos eran: 
-Cine Águila de Oro ( Kiam – Yin ) Rayo e/ Cuchillo y Dragones– Películas chinas en idioma Cantonés- Hong Kong. 
-Cine Nuevo Continental – ( Sian Tai Luk ) Manrique e/Zanja y Dragones – Películas chinas y norteamericanas 
-Cine Pacifico – ( Jay Ping Yon ) Zanja esq. San Nicolas – Películas chinas y norteamericanas ( ya no existe). 
-Cine La Gran China – (Sian Mend Ji Yin) San Nicolas e/ Dragones y Salud – Peliculas chinas y norteamericanas ( ya no existe ) 

Tuvieron gran importancia las sociedades culturales y deportivas, destacándose la Chung Wah Yin Lock Kou Se, primera en emplear descendientes para actuar en la ópera cantonesa y la Chi Mut Hai You Wut, dedicada por entero a las artes marciales de origen chino, el kung fu y la Danza del León ( Whu Su ).

Durante los años 40 y 50, las actividades deportivas se vieron reforzadas con el Club Atlético, que promovía practicas de diversos deportes y la Banda de Música del Kuo Ming Tang ( Partido Nacionalista Chino ).

Un asilo ubicado en las alturas de Palatino, cerca de la Loma de los Zapotes, era manejado por el Casino Chung Wha, y muchos ancianos pasaron sus últimos días en una atmósfera de cuidado y atención médica excelente.

El cementerio chino en el inicio de la calle Zapata y avenida 26 era la última parada para los que terminaban
sus vidas tan lejos de su tierra de origen. La ceremonia incluye los platos preferidos del difunto y el ritual fúnebre corresponde a las costumbres de cada región y de cada familia.

La gastronomía china tuvo un desarrollo muy peculiar en La Habana, es de tomar en cuenta que la mayoría de los chinos en Cuba procedían del sur del país, sobre todo de la provincia de Cantón, y si miramos un
mapa nos daremos cuenta que el Trópico de Cáncer pasa por esta provincia y por Cuba, eso explica el porqué muchos chinos decidieron asentarse en la Isla, el sol, el clima, la luz eran muy similares, y por ello las hortalizas, los vegetales y las frutas chinas tuvieron una tierra fértil y generosa donde el proceso de adaptación fue mínimo. Al principio la gastronomía servía a la comunidad china en su gran mayoría, no fue hasta la llegada de los chinos de California que estos trajeron suficiente dinero, y nuevos platos e ingredientes que ampliaron el menú y las posibilidades de una cocina china más sofisticada. Uno de estos platos fue el Arroz Frito, que fue creado en California, y que en La Habana alcanzó su mejor variante, ya que los mariscos eran mucho más baratos y abundantes. Sobre este tema hablaremos más tarde con mayor profundidad.

El juego de azar, ha estado en la idiosincrasia del chino desde tiempos ancestrales, ellos introdujeron la Charada, el Machok ( Mayong para los cubanos ), y muchas variantes basadas en la Loteria Española.

No hubo tiempo para que la comunidad china tuviese una presencia en la floreciente televisión nacional, pero
en la radio por los años 30 algunas radioemisoras divulgaban la música china pagada por comerciantes chinos y en la década del 40 al 50 tres emisoras transmitían ópera y un noticiero en lengua cantonesa. El locutor chino Guillermo Wong, salía por la emisora CMBC, patrocinado por Sabatés anunciando el jabón Llave. Este programa titulado: La Hora Comercial China, representaba los intereses del Kuo Min Tang. Por otro lado, Angel Hun Jam ponía su voz al Noticiero Chino de la COCO, de Guido García Inclán y era pagado por el Jabón Candado, de Crusellas y Cía. 

Hun Jam era afiliado a Chee Kun Tong y fue durante muchos años editor jefe del diario Hoy Men Kong Po, de esa sociedad, mas tarde dirigió otro diario chino, el Wah Man Sion Po, hasta su disolución en 1960. En los largos años en que este noticiero salió al aire, eran frecuentes las crónicas sociales y las informaciones del Barrio y la Colonia China. Este fue el programa de mayor tiempo de transmisión y en varias ocasiones cambió de horarios, buscando siempre una mayor cobertura en la Colonia China: trenes de lavado, restaurantes, comercios, tiendas de víveres o sociedades.

Existían tres diarios chinos independientes en La Habana:
- El Wah Man Sion Po (Comercial)
- El Man Sen Yat Po (Nacionalista – Kou Ming Tang)
- El Hoy Men Kun Po (de noticias e información general)

Había otro magazín en chino de menor tirada aliado al Partido Socialista Popular pero era dirigido a una minoría casi inadvertida dentro de la inmensa masa de chinos que eran todos anti-comunistas y del Partido
nacionalista Kou-Ming Tang, que inauguró un flamante edifico en la Calle Zanja a mediados de los 50. 

En el 59 un grupo de chinos comunistas que no llegaban a la docena, tomaron e intervinieron la sede del Partido Kou Ming Tang, aupados por el gobierno castrista. Hoy esta sencilla artimaña es tergiversada como una acción de la comunidad china de entonces. Si fue así, cómo explican la enorme emigración de chinos saliendo de Cuba para cualquier lugar desde 1960 a la fecha.

Durante la década del 50, el monto de las importaciones desde California, Taiwan y Hong Kong de productos chinos al barrio chino fue enorme; bazares chinos vendían todo tipo de productos y víveres. Ya en este periodo los productos frescos eran producidos en la Isla, desde Toufu hasta embutidos, conservas, aliños y algunas especias.

Puedo asegurar que la década del 60 estaba destinada al despegue de esta comunidad. Ya La Habana estaba sintiendo la presencia de restaurantes, cadenas de cafeterías como los Wakambas, Karabalí etc., las Estrellas de Oro, restaurantes de lujo como el Hong Kong, etc.. Muchas inversiones en bienes raíces comenzaban a proliferar con capital de los chino-cubanos, pero llegó el 59 y todo se acabó.

La inmigración china fue casi constante una vez finalizada la etapa de los Culies traídos a la isla para tratar de sustituir a la fuerza de trabajo esclava negra.

Con el florecimiento de los comercios y servicios en manos de chinos, estos se las agenciaban para traer parientes, y jóvenes que pagaban el viaje con su trabajo a un plazo demasiado largo y duro, pero que sirvió para que la comunidad creciera y se mezclara con los criollos.

Los chinos se mantuvieron fieles a sus costumbres en un principio, celebrando matrimonios entre ellos mismos, pero la cantidad de mujeres chinas era muy inferior a la de hombres. Además muchos regresaban o se iban a otros países. Los que se quedaron se casaron con negras y blancas, y la raza se ha mezclado en forma notable. Hoy en día la mayoría de chino-cubanos son una mezcla de antepasados chinos, españoles y africanos.

Por: Alfredo Pong

Fuente: http://idealpress.com/
Enviado por George Winch
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El loco - de Khalil Gibrán


Me preguntáis como me volví loco… Así sucedió:

Un día, mucho antes de que nacieran los dioses, desperté de un profundo sueño y descubrí que me habían robado todas mis máscaras… si; las siete máscaras que yo mismo me había confeccionado, y que llevé en siete vidas distintas; corrí sin máscara por las calles atestadas de gente, gritando:
-¡Ladrones! ¡Ladrones! ¡Malditos ladrones!

Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, varias personas, llenas de espanto, corrieron a refugiarse en sus casas. Y cuando llegué a la plaza del mercado, un joven, de pie en la azotea de su casa, señalándome gritó:
-¡Miren! ¡Es un loco!

Alcé la cabeza para ver quién gritaba, y por vez primera el sol besó mi desnudo rostro, y mi alma se inflamó de amor al sol, y ya no quise tener máscaras. Y como si fuera presa de un trance, grité:
-¡Benditos! ¡Benditos sean los ladrones que me robaron mis máscaras!

Así fue que me convertí en un loco. Y en mi locura he hallado libertad y seguridad; la libertad de la soledad y la seguridad de no ser comprendido, pues quienes nos comprenden esclavizan una parte de nuestro ser.

Pero no dejéis que me enorgullezca demasiado de mi seguridad; ni siquiera el ladrón encarcelado está a salvo de otro ladrón.

Khalil Gibrán (1918)

Reflexión
Mi reflexión sobre este texto de Khalil Gibrán, es que muchas veces vivimos detrás de diferentes máscaras, tratando de ajustarnos a los demás, complacer a otros, o simplemente cumpliendo con las expectativas que se tienen de nosotros y ocultando nuestro verdadero yo, hasta que llega un momento en que nos olvidamos de como somos realmente y dejamos de experimentar aquello que nos hace felices. No debemos usar máscaras por nadie ni para nadie, debemos sentirnos orgullosos de ser nosotros mismos en todo momento.

Enviado por
Laura Leonor Darnay Pronzatto
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