Servicio de búsqueda personalizada

Búsqueda personalizada

Sobre personas y ética


POR ORDEN, LAS PRIORIDADES QUE HA DE TENER -POR COHERENCIA- UNA PERSONA ÉTICA:

1º- El que todos los seres humanos, uno a uno o cualquiera, tenga una dignidad mínima; y, también, el que se le cumplan sus "derechos humanos".
2º- El que ningún esfuerzo racional humano sea despreciado.
3º- El que se atienda siempre al que tiene menos recursos para sobrevivir y aun para expresarse.
4º- El que se valore siempre la responsabilidad sobre los hechos.
5º- El reconocer siempre "las cosas como son", por encima de unos intereses particulares.
6º- El no callar una injusticia, el honrar a tu decir veraz u honesto, a ese "dar de palabra", y nunca engañar "como mensaje para la sociedad".
7º- El honrar y el defender a tu familia, sobre todo a tus padres.
8º- El no dar privilegios a un pueblo o a un grupo sobre otro, sin considerar sus circunstancias, por justicia.
9º- El proteger siempre, por lo general, a todos los seres vivos pero, antes, desde luego, a los seres humanos.
10º- El dar un ejemplo de la mejor convivencia posible a tu sociedad; y defenderla en su causa justa.

http://delsentidocritico.blogspot.com/2012/09/por-orden-las-prioridades-que-ha-de.html

Batalla de Tucumán



La desobediencia de Belgrano

La tarde del 25 de Mayo, Belgrano hace jurar la bandera en Jujuy, pero la Junta (Rivadavia) le reprocha “…la reparación de tamaño desorden (la jura de la Bandera) …” (ya se lo habían reprochado en Rosario).
El ejército de Belgrano ante el avance de los Españoles, inicia el éxodo del pueblo Jujeño hacia Tucumán, donde decide resistir apoyado por el entusiasmo de la gente ”Sin mas armas que unas lanzas improvisadas, sin uniforme, ni otra montura que la silla y los guardamontes. No tenían disciplina ni tiempo de aprender al voces de mando, pero les sobraba entusiasmo...”
Rivadavia lo increpa para que se retire a Córdoba pero Belgrano escribe: “ Algo es preciso aventurar y ésta es la ocasión de hacerlo; voy a presentar batalla fuera del pueblo y en caso desagraciado me encerraré en la plaza hasta concluir con honor …..”.
Todavía el 29 insistía Rivadavia en la Retirada: “ Así lo ordena y manda este Gobierno por última vez…..la falta de cumplimiento de ella le deberá a V.S. los mas graves cargos de responsabilidad” (J.M.Rosa. Historia Argentina)
Finalmente hace frente y derrota a los realistas que deberán retirarse con grandes pérdidas de hombres y equipos militares. ( ¡que patriota Rivadavia !...menos mal que teníamos algunos patriotas “desobedientes”)
---
Más info:
http://lagazeta.us5.list-manage.com/track/click?u=f3328b17e05f97450570c84db&id=03c6733ebe&e=df220e6938
http://lagazeta.us5.list-manage2.com/track/click?u=f3328b17e05f97450570c84db&id=fadb4da77a&e=df220e6938
---
**Visita: http://bohemiaylibre.blogspot.com

Maestros del Don Bosco - un lapsus de GW


Daniel; anoche cuando trataba de conciliar mi sueño me vino a la mente un error en mi memoria. Resulta que me he equivocado de maestros del primario. Ésta es la justa; en tercer grado tuve al PADRE JUSTEL y en quinto fue el PADRE KONTACH. 
Perdón por mi memoria, 
hasta pronto 
George 
(Jorge Winchcabbich)

Recuerdos del Colegio Don Bosco


Recuerdos del Colegio Don Bosco.
De un comentario vía mail hecho por nuestro amigo Jorge Winchcabbich ("George Winch" en los EEUU donde reside desde hace muchos años).
---
... Me acuerdo de todos ellos:
Primer Grado, Padre Fernández; Segundo Grado, Maestro Smith; Tercer Grado, un Padre cuyo nombre no me viene a la mente; Cuarto Grado, Padre Olavati; Quinto Grado, Padre Justel; y Sexto Grado, Padres Ranguni y Espinosa.
Directores, Padres Liberiara y Punto.
Asesor, Padre Máximo Bertollotto.
No quiero pensar en cuántos años pasaron. Creo que 68 (desde 1965).
Tampoco olvido mi Primera Comunión ni la visita del General Perón y Evita a Ensenada. Perón me dio la mano y Evita acarició mi mejilla.
¡Qué lindos recuerdos! Después dicen que uno vive de los sueños, pero otros viven con sus recuerdos inolvidables. Así es la vida.
GW
---
**Visita: http://bohemiaylibre.blogspot.com

San Martín ¿agente inglés?


Una nota enviada por Fernando Mengui.
--
En estos días se está publicando un libro que causará debate. Obra del abogado santiagueño Antonio Calabrese. Su título es: José de San Martín... ¿Un agente inglés?El estudio de Calabrese constituye una bofetada a San Martín y a los que (como yo mismo) admiramos al General como ejemplo de rectitud, de hombría, de moral y de personalidad. Pero también. de profundos misterios.
Hasta los fanáticos de San Martín debemos aceptar el aporte de Calabrese, sobre todo porque no es un insulto lanzado al aire, sino el fruto de un estudio racional. Lo que jamás debemos hacer es silenciarlo, como en cierto modo sucedió con un libro de características similares: San Martín y la Tercera Invasión Inglesa", de Juan Bautista Sejean (1997, Editorial Biblos).
La tesis de Calabrese es, fundamentalmente, la siguiente: José de San Martín vino al Río de la Plata para cumplir una misión que le había confiado Gran Bretaña, de la que era agente. ¿Agente. rentado? Esto no lo dice Calabrese, y sería muy difícil demostrarlo.
El capítulo "Los amigos ingleses" contiene una abrumadora enumeración de políticos y militares británicos que incidieron poderosamente en la aventura del general. No se trataba de aficionados, viajeros curiosos o naturalistas, sino de profesionales de la guerra y el espionaje que sabían muy bien lo que hacían.
Según el Dr. Calabrese, don José siguió en todo momento las indicaciones inglesas, fue financiado por Inglaterra, vigilado, controlado y aleccionado por funcionarios británicos.
William Carr Beresford, invasor y gobernador (1806) de Buenos Aires, donde procedió a robarse prolijamente los caudales del virreinato, provenientes de las minas de Potosí, luego paseados en triunfo por las calles de Londres a bordo de seis carros repletos, fue jefe del Libertador en la batalla de Albuera y en el sitio de Badajoz. En estas circunstancias, por efecto de la alianza anglo-española, San Martín también compartió filas con su gran amigo Lord MacDuff, conde de Fife, y con el capitán William Miller, a quien luego se llevaría al Perú.
Puede aducirse que Beresford y el almirante Home Popham no robaron dineros "de la Argentina" sino de España, destinados a la Península, y que Inglaterra y España eran las dos grandes potencias marítimas de aquel tiempo, que se pirateaban mutuamente. Se aducirá también que San Martín no hizo más que cumplir con sus órdenes militares cuando le tocó combatir en las guerras peninsulares junto a aquellos señores, ya que su patria (España) e Inglaterra fueron aliadas, contra Napoleón, durante aquel lapso preciso.
Un hermano del conde de Fife, Sir Alexander Duff, había comandado el 88 Regimiento Connaught Rangers en 1806, durante la Primera Invasión, y su íntimo amigo Samuel Ford Wittingham actuó en la Segunda Invasión, año 1807.
Dice Calabrese: "Fue Duff quien introdujo a San Martín en la órbita inglesa, dándole a conocer los planes británicos para la América del Sur. Duff financió además su salida de España, presentándole a quienes podían suministrarle un pasaporte inglés. Eran Sir Charles Stuart, Barón de Rothesay, y el propio Beresford, virtual gobernador de Portugal por orden británica. Estos dos hombres pusieron a San Martín, en cuatro meses, a bordo de la fragata George Canning, en busca de su destino".
Uno puede preguntarse: ¿Y los otros militares que venían a bordo de la Canning, es decir Carlos María de Alvear, Matías Zapiola, Chilavert, el alemán barón de Holmberg. eran todos agentes ingleses, contratados por Stuart?
El combate de San Lorenzo -según Calabrese- fue observado muy de cerca por las autoridades británicas, que enviaron a la zona al capitán Peter Heywood.
En fin. Según el Dr. Calabrese, que en esto coincide con Juan Bautista Sejean y se apoya en las notables investigaciones de Rodolfo Terragno ( Maitland & San Martín ) don José siguió en todo momento las indicaciones inglesas, fue financiado por Inglaterra, vigilado, controlado y aleccionado por funcionarios británicos.
Retomamos la lista: los hermanos John y William Parish Robertson, empresarios de gran éxito en la Argentina, Uruguay y Paraguay, primos de un legendario diplomático inglés en el Río de la Plata: Sir Woodbine Parish.
John Parish Robertson es protagonista de un hecho insólito, ya que se encuentra "por casualidad" con San Martín en el convento de San Lorenzo, cuando faltan horas para el bautismo de fuego de las armas argentinas. Invitado por el Libertador, contempla el combate de San Lorenzo desde el campanario de la iglesia. Al día siguiente, compartiría un desayuno con el jefe vencedor y el vencido en el comedor del convento.
Según el historiador inglés H.S. Ferns, tanto John como su hermano William Parish reportaban a su abuelo Bath, de Londres, quien era informante de las autoridades británicas.
El combate de San Lorenzo -según Calabrese- fue observado muy de cerca por las autoridades británicas, que enviaron a la zona al capitán Peter Heywood, quien se encontraba en Buenos Aires entre septiembre de 1812 y julio de 1813. Se hicieron amigos, Heywood y San Martín, hasta el punto de que, cuando el General lleva a su hija Mercedes a Europa, la pone bajo la tutela de la señora de Heywood. La historia personal de Heywood, por otra parte, es totalmente cinematográfica: marinero de tatuaje y abordaje desde los 15 años, participó del "Motín del Bounty", que sirvió de base a un film inolvidable.
Otro ilustre amigo británico de San Martín: el médico James Paroissien, el primer extranjero a quien se concede la ciudadanía argentina. Según apunta Rodolfo Terragno, no era médico ni químico. Para Calabrese: viene como refuerzo tras la primera invasión inglesa y, al enterarse de que se ha producido la Reconquista, recala en Montevideo, donde pasa a servir como auxiliar de cirugía con el grado de subteniente, en el ejército de Whitelocke, que preparaba la segunda invasión, de 1807. Podemos colegir que se trataba de un práctico en medicina de guerra, algo así como un enfermero. Pero Calabrese concluye terminantemente: Paroissien era, en realidad, un espía consumado, con nutridos antecedentes.
---
**Visita: http://bohemiaylibre.blogspot.com

Pedro Ríos - El tambor de Tacuarí


Fuente:  http://www.manuelbelgrano.gov.ar/belgrano_anecdota_eltambor.htm 

El tambor de Tacuarí, Pedro Ríos, forma parte de la constelación de héroes que la Provincia de Corrientes dio a la Patria. La figura de José de San Martín, otro ilustre correntino, libertador de Argentina, Chile y Perú, es tan relevante que hace que los perfiles de los demás próceres se desdibujen. Sin embargo, es muy importante rescatar el heroísmo de Pedro Ríos, un niño de 12 años que acompañó a Belgrano en la Expedición al Paraguay, dando muestras de valentía y patriotismo, y perdiendo la vida en el combate de Tacuarí.

Pedro Ríos era un niño nacido en Yaguareté-Corá, que significa "corral de tigres" en guaraní, actual ciudad de Concepción, y cabecera de dicho departamento. Este pueblo es uno de los más antiguos de la provincia de Corrientes, fundado en el año 1796, con una base de 58 pobladores entre los que se contaban 32 españoles y 26 nativos, que se hallaban avecindados desde hacía varios años en torno al Oratorio de San Francisco de Asís, existente en el lugar, dependiendo éste del Curato de San Roque. En 1870, cambia el pueblo y departamento de Yaguareté –Corá por el actual de Concepción.

En 1810, el entonces coronel Manuel Belgrano se encontraba al mando de la Expedición Libertadora del Paraguay enviada por el gobierno de la Junta Gubernativa. Se proponía llevar la revolución al Paraguay.

La incorporación y la actuación de Pedro Ríos al Ejército de Belgrano fue durante muchos años un hecho poco conocido. Tal es así que existen datos equivocados en la película “El Tambor de Tacuarí” filmada en 1948, donde se lo llama Gregorio o Goyo, y aparece como incorporado al Ejército de Belgrano en Buenos Aires y en un diálogo afirma haber nacido allí, aunque llevado desde muy niño a Corrientes.

Los historiadores pudieron comprobar que nació en septiembre de 1798 en yaguareté-corá. En ese momento este pueblo contaba con una capilla que dependía del Curato de San Roque. Los bautizados allí durante mucho tiempo no fueron anotados. Por ello tampoco figura en los libros parroquiales de San Roque. La única referencia acerca de su nacimiento la proporciona el general Celestino Vidal, el militar que más contacto tuvo con el niño, quien a poco de incorporado, le recordó que hacía dos meses había cumplido doce años. Por lo cual su nacimiento debe ubicarse en septiembre de 1798.

El extinto doctor Francisco Atenodoro Benítez, nacido en la localidad de Concepción, en su libro Homenaje justiciero, la estatua al Tambor de Tacuarí, editado en 1930, nos ofrece datos certeros relativos a la entrada de Belgrano al citado pueblo y a la incorporación del Niño Héroe a las filas del Ejército Libertador.

En la mañana del 26 de noviembre de 1810 se produjo la entrada del Ejército de Belgrano en Concepción.Belgrano, penetró en las calles del pueblo, y acompañado de parte de su plana mayor, se dirigió a orar al oratorio, arrodillado ante el patrono de Yaguareté –Corá, que era entonces San Francisco de Asís. Al abandonar el oratorio para ir a visitar la escuela de primeras letras del pueblo, se encontró en el atrio con algunos paisanos, quienes le solicitaron incorporarse a las filas del ejército patriota, encontrándose entre ellos un niño de 12 años, Pedro Ríos, quien pedía insistentemente entrar al ejército. Belgrano dudó al principio de llevar a ese niño a una expedición militar, pero el propio padre, llamado Antonio Ríos, dijo: "No solo doy mi consentimiento, sino también ruego que lo acepte, porque yo, con mis 65 años de existencia, soy un hombre anciano y la entrega de mi hijo es la única ofrenda que puedo hacer a la Patria” (1)

El Comandante Celestino Vidal, que llegó a ser posteriormente general, hombre medio ciego, le solicitó a Belgrano que aceptara al niño para servirle de guía y compañero en la Campaña Libertadora del Paraguay, y por lo tanto, Pedro Ríos fue incorporado al Ejército Patriota.

La marcha del ejército de Belgrano demandó grandes sacrificios por las características del terreno, dado que existían numerosos ríos, arroyos, lagunas, esteros y bosques, que eran difíciles de cruzar por la carencia de caminos y de poblaciones de abastecimiento.

El 19 de diciembre se efectuó el cruce del Alto Paraná para ingresar a territorio paraguayo. Pedro Ríos no tuvo mucho tiempo para ejercitarse en el uso del tambor, debido que batir el parche en zona enemiga hubiera significado delatar la posición del ejército a los espías realistas. No obstante eso, años después cuando Manuel Belgrano era conducido enfermo desde Tucumán a Buenos Aires, en un descanso en tierra cordobesa, recordó que a la fecha del combate de Tacuarí, el niño había adquirido una destreza aceptable tocando el tambor. Lo consideraba Belgrano junto a las Niñas de Ayohuma, como los recuerdos más hermosos de su vida militar, puesto que estos niños en circunstancias adversas no claudicaron.

La primera noticia de una intervención de Pedro Ríos se produjo en el ataque al campamento enemigo de Yuquerí, el 19 de enero de 1811, que desembocó en la Batalla de Paraguarí, derrota para las fuerzas patriotas. En esa ocasión, Pedro Ríos tuvo la misión junto a 70 soldados y 14 peones de fortificar las carretas del parque de armas, como así también el hospital de campaña. En las escaramuzas de Itapúa, estuvo lejos de las acciones con el grueso del ejército. La batalla de Paraguarí tuvo lugar el 19 de enero de 1811, y aunque los patriotas lucharon denodadamente, el agotamiento de las municiones contribuyó a que éstos sufrieran su primer derrota en territorio paraguayo, pudiendo retirarse en orden y fortificarse en las proximidades del río Tacuarí, al sur del Paraguay. Cuando Belgrano advirtió que 120 de sus hombres quedaron encerrados en la capilla de Paraguarí, ordenó tocar reunión para auxiliarlos, produciéndose el bautismo de Pedro Ríos como tambor, al concedérsele al titular, ocupar posiciones de soldado en reemplazo de los que estaban en el oratorio.

En la batalla de Tacuarí, que tuvo lugar el 9 de marzo de 1811, se destacó la figura de Pedro Ríos.Guía del comandante Celestino Vidal y también batía los parches de su tambor. En cumplimiento de esas funciones en pleno desarrollo de las operaciones bélicas, fue alcanzado por dos proyectiles de fusil en el pecho, cayendo herido de gravedad y falleciendo minutos después, con heroísmo en el campo de batalla. El general Celestino Vidal decía hacia el final de su vida: “Lo recuerdo y me estremezco. Me parece estar viéndolo impasible avanzar a mi lado. Yo lo he visto caer y abandoné la lucha para socorrerlo. Murió de dos disparos en el pecho. Estoy seguro de que su muerte fue mi salvación, porque al detenerme, no caí como cayeron casi todos los del ala donde estábamos nosotros”(2)

En la batalla de Tacuarí finalizó la vida de este heroico niño correntino llamado Pedro Ríos, “Mártir de la Campaña Libertadora del Paraguay”. Su patriotismo y valentía debe servir de ejemplo a la niñez y juventud argentina.

Según Mitre: ”En la batalla de Tacuarí, la infantería argentina al son del paso de ataque que batía con vigor sobre el parche un niño de doce años, el lazarillo del comandante Celestino Vidal (que apenas veía), pues los niños y los ciegos fueron héroes en aquella jornada” (3)

En el centro de la Plaza 25 de Mayo de Concepción se encuentra emplazada una estatua del Niño Héroe, donación del personal directivo y docente de la Escuela Graduada J. Alfredo Ferreyra de esa localidad. Esta estatua fue inaugurada en el año 1929, durante la gobernación del doctor Benjamín S. González. La estatua es una réplica de la existente en el Colegio Militar de la Nación, obra del escultor Luis Perlotti, y fue fundida en el Arsenal de Guerra. Está montada sobre un pedestal de mampostería y tiene una placa homenaje del Círculo Militar, con la siguiente inscripción: " El Círculo Militar al Tambor Pedro Ríos, Muerto en el Combate de Tacuarí-9 de marzo de 1811” (4).

Existe un monolito recordatorio en su solar natal ubicado dentro del establecimiento agropecuario “San Eugenio”, sito en el paraje “Lomas de Verón”, en la 1ra. Sección Rural del Territorio Departamental de Concepción, a una distancia de dos kilómetros al noreste de la planta urbana de la localidad homónima, cabecera de dicho departamento. La Dirección Nacional de Educación del Adulto, Delegación Corrientes, a iniciativa del delegado provincial de esa época, Máximo Ricardo Dacunda Díaz, rindió homenaje a la memoria del Niño Héroe en ese lugar. El monolito tiene dos placas: la primera con la siguiente inscripción: "Pedro Ríos, Tambor de Tacuarí, Homenaje al Héroe correntino en su Tierra Natal, Concepción. Dirección Nacional de Educación del Adulto Delegación Corrientes. 14 de marzo de 1972”. La segunda fue un homenaje de la Municipalidad de Concepción con la siguiente leyenda: “Al Héroe Correntino (Tambor de Tacuarí) Pedro Ríos. Concepción. 14 de marzo de 1972”. (5)

1- Juan Carlos Díaz Ocanto, El Niño-Héroe era correntino. Argentina, Instituto Belgraniano, 1991, p. 9.
2- Juan Carlos Díaz Ocanto, op. cit., p. 14.
3- Juan Carlos Díaz Ocanto, op. cit., p. 15.
4- Juan Carlos Díaz Ocanto, op. cit., p. 15.
5- Juan Carlos Díaz Ocanto, op. cit., p. 16.
---
**Visita: http://bohemiaylibre.blogspot.com

FUERTE DE BARRAGÁN ¡Puntal de La Nacionalidad!


Fragmento de una nota del escritor costumbrista
Carlos Raúl Risso
en http://carlosraulrisso-escritor.blogspot.com.ar/2012/06/fuerte-de-barragan-puntal-de-la.html
---
UN FUERTE

A escasa distancia de la Ciudad de La Plata, sobre la costa del ancho río del mismo nombre, y a unas cinco cuadras del arroyo Doña Flora, en tierras que ayer fueran del ‘Viejo Pago de la Magdalena, y hoy pertenecen al pujante partido de Ensenada, se encuentra erigido inconmovible ante el paso del tiempo el Fuerte de Barragán.
¿Quién no ha escuchado mentar alguna vez a dicho Fuerte? No únicamente lo conocen los habitantes de la zona, sino, que sin pecar de exageración creemos seguros de no equivocarnos, que lo conocen todos los habitantes del País, ya que el mismo jugó un papel importantísimo cuando el avasallante poder imperial inglés pretendió -soberbio- someternos a los designios de su bandera invasora, allá por 1806.
Pero remontémonos más en el tiempo para conocer algo más de su rica historia.

EL POR QUÉ DE BARRAGÁN
Si bien se sabe que después de proceder a la segunda fundación de Buenos Aires, al emprender su viaje de exploración y toma de posesión de las tierras ubicadas al sur del Riachuelo de los Navíos, aquel vizcaíno emprendedor que se llamó Juan de Garay procedió -simultáneamente al ir parcelando las tierras que pisaba- a entregarlas en suerte de chacras o estancias entre aquellos que lo acompañaban, no se tiene la certidumbre de quien fue el agraciado con las tierras de la zona del fuerte, ya que los designios del tiempo, quizás para poner una pizca de misterio, han podado dicho dato o lo han ocultado hasta el presente.
Sí se sabe, que hacia el fin de la centuria del 1500, las tierras próximas a la Isla de Santiago fueron dadas en merced al Alférez del Cabildo, don Bartolomé López, por Hernando Arias de Saavedra; y ya con mayor precisión en l629 las mismas fueron adquiridas al citado alférez por Don Antonio Gutiérrez Barragán, de quien y desde aquel entonces, la zona heredó su nombre.

SU NACENCIA
Mucho agua lobuna ha zarandeado el Plata desde entonces, y muchos hechos trascendentales para la historia se han desarrollado en su zona de influencia.
Según reza el monolito erigido para recordar su fundación, la misma acaeció en el año 1731 por orden del Gobernador de Buenos Aires, Don Bruno Mauricio de Zabala.
Ya en el año 1727, en base al reconocimiento del Río Santiago y adyacencias efectuado por el Piloto Juan Antonio Guerrero, se tuvo la certeza del lugar apropiado para erigir un fuerte que sirviera en la defensa de la ensenada, ya que todo indicaba que la misma era el lugar ideal para el desembarco de cualquier fuerza invasora que intentara tomar por asalto la ciudad de Buenos Aires, teniendo en cuenta además, la proximidad a ésta.
Por ese entonces y transcurridos 100 años de las compras de esas tierras por Gutiérrez Barragán, pertenecían las mismas a un nieto suyo, el Sargento Mayor Pablo Barragán.
A los tres años de su instalación, el Fuerte vive quizás su bautismo de fuego cuando tras intensos combates la guarnición propia consigue rechazar una intentona portuguesa de invasión.
Originariamente el fuerte constaba en su perímetro de una muralla de adobes cocidos y algunos cañones. Sesenta y ocho años después con motivo de la declaración de guerra entre España e Inglaterra el mismo fue ‘modernizado’ reparándoselo y adosándole nuevas baterías. Si bien fuertes crecientes del Plata lo dañaron seriamente a los pocos años, por orden del Virrey Márquez de Loreto fue reconstruido y provisto de nueva artillería, continuando su mejoramiento con posterioridad, como el acontecido en el año 1800, figurando como dato curioso que para la concreción de tales trabajos se trajeron indios de las Misiones.
Y así, viajando por las huellas del tiempo nos hemos acercado al año 1806, cuando encontrándose a su mando Don Santiago de Liniers, sus baterías abrieron fuego sobre la escuadra invasora inglesa, jugando el Fuerte de Barragán un papel principalísimo en aquella primera invasión.

REPRESIÓN DEL CONTRABANDO
Desde su fundación, el Fuerte tuvo intenso accionar en la lucha contra el comercio ílícito que desde antiguo se llevaba a cabo, apoyado fundamentalmente por los portugueses, el que se había acrecentado cuando aquellos fundan la Colonia del Sacramento en la banda oriental del Río de la Plata (hoy República Oriental del Uruguay), población que les servía como base general de sus operaciones. Pero en las mismas -ya en gran escala- no solo intervenían los portugueses, sino que también operaban franceses e ingleses muy interesados en ganar mercados para sus crecientes industrias, como así también no pocos comerciantes españoles, que gente inescrupulosa la ha habido en todo tiempo y lugar.
Una vez instalado el Fuerte, la situación sufrió un cambio como que desde el mismo salían contingentes armados en embarcaciones ligeras que atacaban a los navíos de los contrabandistas, con lo cual ya quitaban la impunidad con que habían actuado hasta entonces; asimismo no faltaron las ocasiones en que las embarcaciones que salían del Fuerte llegaran a atacar la mismísima Colonia, en la otra vera del Río.

ÚLTIMOS HÁLITOS DE VIDA
En los tramos finales de la Guerra con el Brasil, al librarse la batalla de Monte Santiago, el Fuerte vive aunque algo indirectamente la intensidad de las acciones.
Sus últimos e importantes escarceos militares, los sobrelleva cuando impuesto el bloqueo francés, se lo repara, se le asigna dotación de hombres y embarcaciones para su defensa.
El hecho de que una vez finalizado dicho bloqueo el estuario del Plata no se viera sacudido por otros acontecimientos bélicos, hizo que el tiempo lo cubriera con un tenue manto de olvido, pero de pie, hasta llegar a nuestros días.

La Plata, 9 de octubre de 1982
(Publicado en Revista El Tradicional Nº 77)

**Visita: http://bohemiaylibre.blogspot.com

MITROMARXISTAS (Por Jorge Sule)


Ante las referencias vertidas por Felipe Pigna en un artículo de la Revista “Viva” del domingo 29 de julio de 2012, se nos hace imperioso señalar sus errores, omisiones y tendenciosidad ideológica cuando emite juicios y comentarios sobre uno de los mayores próceres de la historia argentina.

En el subtítulo “Tiempos de cambio” afirma que “con la instalación de los saladeros la necesidad de sal y tierras para las pasturas fueron apartando a la burguesía del recuerdo de los ideales de hermandad expresados por los hombres de Mayo”, desconociendo, o aparentando desconocer que antes de la Revolución de Mayo ya se habían instalados saladeros. Entre 1792 y 1796 se exportaron desde Buenos Aires, según Azara, más de cuarenta mil quintales de tasajo. Este florecimiento económico, justamente, fue uno de los factores que incrementó los ideales independentistas y contribuyó a solventar las guerras de la independencia.

Sería aconsejable que Pigna investigue las publicaciones de “El Telégrafo Mercantil” del 3 de septiembre de 1802 que dan cuenta del negocio del tasajo que ya venía desarrollándose desde finales del siglo XVIII (1). No hay cambio sino desarrollo de una actividad que procuró mucha mano de obra a los sectores más desprotegidos de la población además de estimular y originar otras actividades como la carpintería, talleres de cerrajería y tafiletes necesarios para construcción de barriles etc, etc.

Por otra parte el concepto de “burguesía”, taxonomía liberal o marxista a la que Pigna recurre, es inválida para designar al segmento dirigencial que se pronunció contra la autoridad española en mayo de 1810. Pero entrando en su territorio liberal-marxista, la burguesía sería el sector que vive en la ciudad (el burgo). Se dedica a comprar y vender sin incorporar valor agregado al circuito económico. El pulpero, el tendero, el de la casa de Ramos Generales, los que se desempeñan en la profesiones liberales, etc, pueden incluirse dentro de esa simplificación sociológica. Rosas por el contrario, vive en la frontera muchos años, es fronterizo y no burgués. Hay que saber el tiempo del destete de un ternero, de “marcar”, saber el porcentaje de caballos enteros que debe haber en una manada y por lo tanto saber capar los restantes, convertir un novillo en buey etc, etc. Cosa bien diferente es saber criar hacienda, “hacerla” adaptando a ella la vida que limitarse a vender en las tiendas los géneros importados comprados en Europa.

Pero además, al transformar la materia prima, la carne, en tasajo, incorporando valor agregado a dicha materia prima y exportándola con flete propio, estamos en presencia de un emprendimiento industrial. Rosas, por lo tanto, como hacendado, es productor y como saladerista es un empresario, expresión temprana del capitalismo naciente del siglo XIX.

Cuando Pigna se refiere a Martín Rodríguez como gobernador estanciero, ignora que los ingresos económicos de este gobernador proceden en su mayoría del almacén de Ramos Generales y pulpería de la que es dueño y no de su estancia.

Con el subtítulo “Rosas y sus aliados” Pigna recuerda que el saldo de esa campaña al desierto fue de 3.200 indios muertos, 1.200 prisioneros y 1.000 cautivos liberados. Omite puntualizar las bajas sufridas en el ejército expedicionario: salieron de Buenos Aires más de 2.000 efectivos y sólo regresaron 1.000. Al parecer los muertos indios son más importantes que los muertos cristianos. Además omite otros saldos: los geopolíticos, económicos, sociales, políticos, etc, etc.

Estos escamoteos abundan en los trabajos de Pigna, distorsionando la realidad histórica. Afirma que Rosas “pactó” con los pampas y se enfrentó con los ranqueles y la Confederación liderada por Calfucurá.



Acá no solamente hay escamoteos, sino exactitudes de bulto. Rosas no “pactó” sino que informó con antelación a los distintos grupos indígenas de la realización de una expedición invitándolos a que se sumaran a la columna y no solamente a los pampas sino a los vorogas de Guaminí y Carhué. Ya estando en Médano Redondo los tehuelches con sus caciques Niquiñile y Quellecó, aceptaron las sugerencias de Rosas; el reconocimiento a las autoridades nacionales recomendándoles que se constituyesen en defensores del fortín Carmen de Patagones (2) autorizando su ubicación en las zonas aledañas al fortín exhortanado al intercambio comercial con esta guarnición. Casi todas las comunidades aceptaron las indicaciones de Rosas, menos los ranqueles que se negaban a entregar los soldados de los ejércitos unitarios que derrotados por Quiroga se fueron a proteger en los aduares ranquelinos de Yanquetruz. Hacia estos, Rosas mandó una columna pero no enfrentó a “la confederación liderada por Calfucurá” porque sencillamente en esa época no existía. Usted confunde los tiempos. La confederación de Calfucurá aparece tiempo después de la campaña al desierto.

La expedición no se proponía el exterminio indígena como Pigna lo afirma, ni sería una correría de carácter filibustero. Otra cosa era Chocorí, asentado transitoriamente en Choele Choel. Allí recibía la hacienda sustraída por ranqueles y vorogas rebeldes de las estancias del sur de Córdoba, San Luis y Buenos Aires llevándo las haciendas a los intermediarios y hacendados chilenos.

Chocorí no comandaba un pueblo, no era un “Gulmen” sino que conducía, a grupos indios soldados y suboficiales alzados. En Choele-Choel trataba con Rondeau, Cañiuquir y Yanquetruz la compra de vacas arreadas del sur de las provincias citadas para negociarlas en Chile. Por eso era considerado un simple bandolero que se servía de renegados, mantenía cautivas blancas que pagaba con alcohol a sus opresores ranquelinos y vorogas rebeldes, para servicio y serallo de los suyos. Hacia ese punto, dirigió Rosas sus mejores efectivos hasta desarticular ese centro de intermediación comercial.

Desbaratadas esas bandas y fracasadas las columnas del Centro y de la Derecha para seguir al Neuquén Rosas dio por finalizada la expedición. Chocorí no murió en la refriega de Choele Choel y hacia 1840 pidió las paces y someterse al gobierno de Rosas quién las aceptará sin rendición de cuentras pasadas siendo racionados él y sus hijos Cheuqueta, Antiglif y Sayhueque en Bahía Blanca y Tandil.

El juzgar que unitarios y federales coincidían en exterminar al habitante “originario” y quedarse con sus tierras, es una falsa e ideologizada simplificación judicial de un juez que sentado en un estrado impoluto y atemporal arroja condenas salomónicas en abstracto. Preguntado un indio si era el dueño de esa tierra que pisaba contestó que no, que él era el hijo de la tierra y no su dueño. El indio fue nómade por necesidad. En el toldo cuadrado o triangular vivían 20 o 25 personas: tres o cuatro parejas con sus hijos y agregados. Alrededor del toldo, el espacio donde la hacienda pastaba. A cincuenta metros o más distanciado se levantaba otro toldo con su hacienda, cuando el talaje de la hacienda agotaba las pasturas aledañas del toldo buscaban otro paraje con pasturas vírgenes.

Pero antes de recordar las relaciones de Rosas con los indios aclaremos lo que Pigna llama “habitante originario”. No existe habitante originario en América. El indio procede de Asia en sus desplazamientos a través del Estrecho de Bering o del corredor de Beringia después de la última glaciación o por arribadas desde el Océano Pacífico, procedente del sudeste asiático. El “habitante originario” lo encontramos en las zonas de Kenia y Etiopía con el homo habilis datado en 1 millón ochocientos mil años, el homo erectus datado en 1 millón 540 mil años datado por el potaso argón, el homo 1470 también descubierto por la familia Leakey con más antigüedad que los anteriores. El homo Sapiens Sapiens entre los 200.000 y 140.000 otro homo llamado Neadertal entre 100.000 y 30.000 años.

Hacia el 80.000 (circa) comienzan las emigraciones a otros continentes. Los registros fósiles en América del Norte no superan los 24.000 años de antigüedad. En Argentina las dataciones con el carbono 14 no superan hasta ahora los 11.000 años. Los indios son los más antiguos inmigrantes, pero no originarios.

En cuanto al trato y las relaciones que tuvo Rosas con los indios le recordaré algunas:

1.- Rosas no supo de actitudes discriminatorias o de rechazo hacia los indios por su condición de tales.

2.- Desaconsejó la guerra como método de sometimiento al indio y rechazó su exterminio como sistema (3).

3.- La conducta y luego la política tuvo como método la negociación y la integración como objetivo ya sea reconociéndoles asentamientos y espacios propios con frecuencia cercanos a los fortines incorporándolos como mano de obra para las tareas agropecuarias, como soldados de milicias rurales o exhortando a las prácticas de la actividad comercial (4).

4.- El racionamiento de alimentos y suministro de haciendas para la formación de sus propias majadas (El llamado Negocio Pacífico) fue una práctica sistemática y puntualmente efectivizada. (5).

5.- El estimularlos o iniciarlos en las prácticas de la agricultura suministrándoles arados, bueyes, semillas y otros implementos, colocándolos en un escalón superior al que tenían en el nivel civilizatorio, constituye la demostración más fehaciente que Rosas apostó a la integración del indio en el mundo cristiano. (6).

6.- Introdujo por primera vez la vacuna antivariólica en las distintas comunidades indígenas que lo frecuentaban, gesto que le valió a Rosas ser considerado un benefactor de la humanidad y ser incorporado como Miembro Honorario al Instituto Jenneriano en Londres. (7) (8).

7.- Prohibió el arresto de indios por deudas de dinero (9).

8.- Los hizo votar a los que estaban bajo bandera “de sargento para arriba” (10).

La integración estaba en marcha. Caseros la interrumpió. No hubo más “Negocio Pacífico” como política sistemática, no hubo más arados, no hubo más vacuna antivariólica.

Llegó el progreso, el remington, una constitución, el ferrocarril, la alfabetización, el habeas corpus, que escribieron su propia historia.

Pigna debería recorrer los archivos oficiales o privados para documentarse. “Sin oro no se hace oro, sin documento no se hace historia”. Repite la tradición liberal que por razones políticas aborreció a Rosas y repite la tradición marxista que analiza a Rosas a través del corset ideológico que acollara el pensamiento a través de sus mecanismos deterministas. El discurso que ofrece es el mismo postre liberal pero recubierto con la crema de la fraseología marxista que legitima o moderniza todo. A este engendro, Arturo Jauretche lo llamó “mitromarxismo”. Sr. Pigna: recorra los archivos para documentarse, no “recorte”, no “cartonee” la historia. ¡Investigue Sr. Pigna!

Referencias:
(*) Jorge Oscar Sule es profesor de historia y reconocido historiador. Académico de Número del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas (Bs.As). Autor de numerosas obras, entre ellas "Relaciones entre Rosas y los indios", "La coherencia política de San Martin", etc.
(1) TELÉGRAFO MERCANTIL DEL 3 DE SEPTIEMBRE DE 1802.
(2) GARRETÓN, Juan Antonio. Partes detallados de la expedición al desierto de Juan Manuel de Rosas en 1833. Ed. Eudeba 1975.
(3) IRAZUSTA, Julio. Vida política de Juan Manuel de Rosas a través de su correspondencia. Edit. COLOMBIA. 1975.
(4) Archivo General de la Nación S. X. 27.5.7.
(5) A.G.N. S.X.23.9.5
(6) A.G.N S.VII.10.4.14
(7) SALDÍAS, Adolfo. Historia de la Confederación Argentina. T.1 Ed. Granda. 1967.
(8) A.G.N S.X 27.5.6
(9) A.G.N S.X 25.6.1
(10) A.G.N S.X 25.6.1

Fuentes:
- Obras citadas.
- Jorge Oscar Sulé.
- Diego Gutierrez Walker.
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar

¿se suman?