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Nuestra historia de 1806 a 1852


En 1806 y 1807, en el marco de las Guerras Napoleónicas que tenían lugar en Europa, tuvieron lugar las Invasiones Inglesas.
Sir Home Riggs Popham y William Carr Beresford encabezaron la primera, que tomó el control de la ciudad de Buenos Aires durante 45 días hasta su expulsión por parte de un ejército proveniente de Montevideo encabezado por Santiago de Liniers. 
Un segundo ataque, encabezado por John Whitelocke, logró ser resistido exitosamente. 

El conflicto tuvo consecuencias políticas: se creó un quiebre del derecho institucional vigente en el virreinato, al ser destituido el virrey Rafael de Sobremonte y electo el victorioso Liniers por aclamación popular, sin intervención directa del Rey de España. 
Además, durante el segundo conflicto, los soldados disponibles eran insuficientes y no se podía contar con el auxilio de la metrópoli, por lo que varios sectores de la población habitualmente postergados recibieron armamento y mando de tropas. Esto les permitió tener una mayor injerencia en los asuntos de la vida pública. Entre ellos se destacaba el Regimiento de Patricios, compuesto por criollos y comandado por Cornelio Saavedra.

La Revolución de Mayo de 1810 destituyó y expulsó al Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, y proclamó, tras un Cabildo Abierto, el primer gobierno formado mayoritariamente por criollos en las Provincias Unidas del Río de la Plata, denominado la Primera Junta.

Entre 1810 y 1820 se sucedieron dos juntas de gobierno, dos triunviratos y el Directorio, una forma unipersonal y centralista de gobierno. En este período, la principal preocupación de los gobiernos era consolidarse internamente y enfrentar la resistencia de los realistas. 

En 1816 se declaró la independencia de las Provincias Unidas de América del Sur en el Congreso de Tucumán.

José de San Martín, Manuel Belgrano, y Martín Miguel de Güemes fueron algunos de los principales comandantes patriotas en la guerra de independencia. 
Desde 1817 hasta 1822, San Martín realizó campañas libertadoras que llevarían a la independencia de Chile y Perú. 
Contemporáneamente, Simón Bolívar independizaba a la Gran Colombia, completaba la independencia de Perú y liberaba a Bolivia (1824), el último bastión del dominio español en Sudamérica.
El Estado argentino considera a San Martín como el mayor héroe militar de su independencia y lo honra con el título de "Padre de la Patria"

Desde antes de 1820, unitarios y federales se disputaron el gobierno y la economía del país a través de una serie de guerras civiles. 
Con la Batalla de Cepeda, de triunfo federal, comenzó un período de autonomías provinciales; la unión entre las provincias sólo se mantuvo gracias a los llamados "tratados interprovinciales". Las luchas internas entre las provincias — en general, las del Interior contra Buenos Aires — se mantuvieron por más de 60 años. Los caudillos provinciales dominaron el mapa político a mediados del Siglo XIX dirigiendo grandes ejércitos propios, y en muchos casos gobernando sus provincias.

Entre 1820 y 1824 gobernó Buenos Aires Martín Rodríguez, cuyo ministro, Bernardino Rivadavia realizó históricas reformas (como la primera ley electoral en 1821, aplicada sólo a la Provincia de Buenos Aires). Lo sucedió Juan Gregorio de Las Heras, que reunió el Congreso, por el cual se pretendió unificar el país. 

En 1826, el Congreso nombró presidente a Bernardino Rivadavia, de tendencia centralista, que continuó con la política económica librecambista que venían llevando adelante los gobiernos porteños.

La Guerra del Brasil, que finalizó con la independencia uruguaya, y la Constitución unitaria de 1826, rechazada en el Interior del país, terminaron con la caída de Rivadavia. En su lugar asumió como gobernador de Buenos Aires Manuel Dorrego, partidario del federalismo, quien finalizó la guerra con los brasileños y reconoció la independencia del Uruguay. Los unitarios, sublevados por Juan Lavalle, fusilaron a Dorrego. Esto reanudó la guerra civil entre unitarios y federales.

En 1829 Juan Manuel de Rosas, federal y porteño, asumió el gobierno de la provincia de Buenos Aires, con "Facultades Extraordinarias", y conservando la delegación de las relaciones exteriores por parte de las demás provincias. Gobernó hasta 1832 con rasgos autoritarios y personalistas. 

En 1833, Gran Bretaña ocupó las Islas Malvinas y Rosas realizó una campaña en la Patagonia, donde luchó contra las tribus indígenas.

Desde 1832 hasta 1835 gobernaron tres gobernadores débiles: Juan Ramón Balcarce, Juan José Viamonte, y Manuel Vicente Maza. Los tres renunciaron por presión de los "rosistas", y el último de ellos a causa del asesinato del caudillo Facundo Quiroga en Barranca Yaco, ideado por los hermanos cordobeses Reynafé.

En 1835, en medio de esta anarquía, Juan Manuel de Rosas fue elegido gobernador de Buenos Aires, con el agregado de tener la "Suma del Poder Público" — los 3 poderes del Estado resumidos en su persona. Un posterior plebiscito popular legitimó en forma amplia su designación. Inició una política económica proteccionista, aunque sin fomentar explícitamente nuevas industrias, y hubo una cierta regresión en la educación popular. Con sus atribuciones inició un régimen dictatorial que se caracterizó por la persecución de los opositores — unitarios, federales "cismáticos", ciertos extranjeros, y ciertos intelectuales — que en muchos casos fueron ejecutados, asesinados u optaron por exiliarse en países limítrofes. Su política centralista desató sublevaciones en su contra en el Interior del país y su autoritarismo generó la oposición de los romanticistas de la "Generación del 37", grupo de jóvenes intelectuales, entre ellos Juan Bautista Alberdi, Esteban Echeverría, y Domingo Faustino Sarmiento, que desde el Salón Literario criticarían mucho al régimen.

Entre 1838 y 1840, Rosas resistió el Bloqueo Francés, establecido con la excusa de supuesta discriminación a ciudadanos franceses. Una vez levantado éste, venció a la poderosa Coalición de las provincias del Norte, y sitió Montevideo entre 1843 y 1851, ayudando al ex presidente uruguayo Manuel Oribe, derrocado en su país. Además, resistió de forma admirable el Bloqueo Anglo-Francés desde 1845 a 1848 y logró aplastar una última sublevación de la provincia de Corrientes.

En sus últimos años de gobierno, las renuncias de Rosas se repitieron simbólicamente; el caudillo entrerriano Justo José de Urquiza aceptó una de ellas con su denominado "Pronunciamiento" y decidió asumir él mismo las Relaciones Exteriores de su provincia. El caudillo porteño reaccionó con furiosas invectivas, pero su reacción militar fue insuficiente: se enfrentaron en la Batalla de Caseros el 3 de febrero de 1852. En esta batalla, la más grande de la historia sudamericana, el Ejército Grande, formado por el ejército de Urquiza, tropas de Entre Ríos y Corrientes, exiliados del régimen, uruguayos y brasileños, derrotó a los miles de soldados del ejército federal. Tras este hecho, Juan Manuel de Rosas inició su exilio en Inglaterra.

Justo José de Urquiza lideró el país, aunque no pudo evitar la separación del "estado de Buenos Aires".
En 1853, tras la separación de la Provincia de Buenos Aires, la Confederación sancionó la Constitución, con ideas federales, republicanas y liberales.

Fuente: Wikipedia

Sobre personas y ética


POR ORDEN, LAS PRIORIDADES QUE HA DE TENER -POR COHERENCIA- UNA PERSONA ÉTICA:

1º- El que todos los seres humanos, uno a uno o cualquiera, tenga una dignidad mínima; y, también, el que se le cumplan sus "derechos humanos".
2º- El que ningún esfuerzo racional humano sea despreciado.
3º- El que se atienda siempre al que tiene menos recursos para sobrevivir y aun para expresarse.
4º- El que se valore siempre la responsabilidad sobre los hechos.
5º- El reconocer siempre "las cosas como son", por encima de unos intereses particulares.
6º- El no callar una injusticia, el honrar a tu decir veraz u honesto, a ese "dar de palabra", y nunca engañar "como mensaje para la sociedad".
7º- El honrar y el defender a tu familia, sobre todo a tus padres.
8º- El no dar privilegios a un pueblo o a un grupo sobre otro, sin considerar sus circunstancias, por justicia.
9º- El proteger siempre, por lo general, a todos los seres vivos pero, antes, desde luego, a los seres humanos.
10º- El dar un ejemplo de la mejor convivencia posible a tu sociedad; y defenderla en su causa justa.

http://delsentidocritico.blogspot.com/2012/09/por-orden-las-prioridades-que-ha-de.html

Batalla de Tucumán



La desobediencia de Belgrano

La tarde del 25 de Mayo, Belgrano hace jurar la bandera en Jujuy, pero la Junta (Rivadavia) le reprocha “…la reparación de tamaño desorden (la jura de la Bandera) …” (ya se lo habían reprochado en Rosario).
El ejército de Belgrano ante el avance de los Españoles, inicia el éxodo del pueblo Jujeño hacia Tucumán, donde decide resistir apoyado por el entusiasmo de la gente ”Sin mas armas que unas lanzas improvisadas, sin uniforme, ni otra montura que la silla y los guardamontes. No tenían disciplina ni tiempo de aprender al voces de mando, pero les sobraba entusiasmo...”
Rivadavia lo increpa para que se retire a Córdoba pero Belgrano escribe: “ Algo es preciso aventurar y ésta es la ocasión de hacerlo; voy a presentar batalla fuera del pueblo y en caso desagraciado me encerraré en la plaza hasta concluir con honor …..”.
Todavía el 29 insistía Rivadavia en la Retirada: “ Así lo ordena y manda este Gobierno por última vez…..la falta de cumplimiento de ella le deberá a V.S. los mas graves cargos de responsabilidad” (J.M.Rosa. Historia Argentina)
Finalmente hace frente y derrota a los realistas que deberán retirarse con grandes pérdidas de hombres y equipos militares. ( ¡que patriota Rivadavia !...menos mal que teníamos algunos patriotas “desobedientes”)
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Maestros del Don Bosco - un lapsus de GW


Daniel; anoche cuando trataba de conciliar mi sueño me vino a la mente un error en mi memoria. Resulta que me he equivocado de maestros del primario. Ésta es la justa; en tercer grado tuve al PADRE JUSTEL y en quinto fue el PADRE KONTACH. 
Perdón por mi memoria, 
hasta pronto 
George 
(Jorge Winchcabbich)

Recuerdos del Colegio Don Bosco


Recuerdos del Colegio Don Bosco.
De un comentario vía mail hecho por nuestro amigo Jorge Winchcabbich ("George Winch" en los EEUU donde reside desde hace muchos años).
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... Me acuerdo de todos ellos:
Primer Grado, Padre Fernández; Segundo Grado, Maestro Smith; Tercer Grado, un Padre cuyo nombre no me viene a la mente; Cuarto Grado, Padre Olavati; Quinto Grado, Padre Justel; y Sexto Grado, Padres Ranguni y Espinosa.
Directores, Padres Liberiara y Punto.
Asesor, Padre Máximo Bertollotto.
No quiero pensar en cuántos años pasaron. Creo que 68 (desde 1965).
Tampoco olvido mi Primera Comunión ni la visita del General Perón y Evita a Ensenada. Perón me dio la mano y Evita acarició mi mejilla.
¡Qué lindos recuerdos! Después dicen que uno vive de los sueños, pero otros viven con sus recuerdos inolvidables. Así es la vida.
GW
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San Martín ¿agente inglés?


Una nota enviada por Fernando Mengui.
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En estos días se está publicando un libro que causará debate. Obra del abogado santiagueño Antonio Calabrese. Su título es: José de San Martín... ¿Un agente inglés?El estudio de Calabrese constituye una bofetada a San Martín y a los que (como yo mismo) admiramos al General como ejemplo de rectitud, de hombría, de moral y de personalidad. Pero también. de profundos misterios.
Hasta los fanáticos de San Martín debemos aceptar el aporte de Calabrese, sobre todo porque no es un insulto lanzado al aire, sino el fruto de un estudio racional. Lo que jamás debemos hacer es silenciarlo, como en cierto modo sucedió con un libro de características similares: San Martín y la Tercera Invasión Inglesa", de Juan Bautista Sejean (1997, Editorial Biblos).
La tesis de Calabrese es, fundamentalmente, la siguiente: José de San Martín vino al Río de la Plata para cumplir una misión que le había confiado Gran Bretaña, de la que era agente. ¿Agente. rentado? Esto no lo dice Calabrese, y sería muy difícil demostrarlo.
El capítulo "Los amigos ingleses" contiene una abrumadora enumeración de políticos y militares británicos que incidieron poderosamente en la aventura del general. No se trataba de aficionados, viajeros curiosos o naturalistas, sino de profesionales de la guerra y el espionaje que sabían muy bien lo que hacían.
Según el Dr. Calabrese, don José siguió en todo momento las indicaciones inglesas, fue financiado por Inglaterra, vigilado, controlado y aleccionado por funcionarios británicos.
William Carr Beresford, invasor y gobernador (1806) de Buenos Aires, donde procedió a robarse prolijamente los caudales del virreinato, provenientes de las minas de Potosí, luego paseados en triunfo por las calles de Londres a bordo de seis carros repletos, fue jefe del Libertador en la batalla de Albuera y en el sitio de Badajoz. En estas circunstancias, por efecto de la alianza anglo-española, San Martín también compartió filas con su gran amigo Lord MacDuff, conde de Fife, y con el capitán William Miller, a quien luego se llevaría al Perú.
Puede aducirse que Beresford y el almirante Home Popham no robaron dineros "de la Argentina" sino de España, destinados a la Península, y que Inglaterra y España eran las dos grandes potencias marítimas de aquel tiempo, que se pirateaban mutuamente. Se aducirá también que San Martín no hizo más que cumplir con sus órdenes militares cuando le tocó combatir en las guerras peninsulares junto a aquellos señores, ya que su patria (España) e Inglaterra fueron aliadas, contra Napoleón, durante aquel lapso preciso.
Un hermano del conde de Fife, Sir Alexander Duff, había comandado el 88 Regimiento Connaught Rangers en 1806, durante la Primera Invasión, y su íntimo amigo Samuel Ford Wittingham actuó en la Segunda Invasión, año 1807.
Dice Calabrese: "Fue Duff quien introdujo a San Martín en la órbita inglesa, dándole a conocer los planes británicos para la América del Sur. Duff financió además su salida de España, presentándole a quienes podían suministrarle un pasaporte inglés. Eran Sir Charles Stuart, Barón de Rothesay, y el propio Beresford, virtual gobernador de Portugal por orden británica. Estos dos hombres pusieron a San Martín, en cuatro meses, a bordo de la fragata George Canning, en busca de su destino".
Uno puede preguntarse: ¿Y los otros militares que venían a bordo de la Canning, es decir Carlos María de Alvear, Matías Zapiola, Chilavert, el alemán barón de Holmberg. eran todos agentes ingleses, contratados por Stuart?
El combate de San Lorenzo -según Calabrese- fue observado muy de cerca por las autoridades británicas, que enviaron a la zona al capitán Peter Heywood.
En fin. Según el Dr. Calabrese, que en esto coincide con Juan Bautista Sejean y se apoya en las notables investigaciones de Rodolfo Terragno ( Maitland & San Martín ) don José siguió en todo momento las indicaciones inglesas, fue financiado por Inglaterra, vigilado, controlado y aleccionado por funcionarios británicos.
Retomamos la lista: los hermanos John y William Parish Robertson, empresarios de gran éxito en la Argentina, Uruguay y Paraguay, primos de un legendario diplomático inglés en el Río de la Plata: Sir Woodbine Parish.
John Parish Robertson es protagonista de un hecho insólito, ya que se encuentra "por casualidad" con San Martín en el convento de San Lorenzo, cuando faltan horas para el bautismo de fuego de las armas argentinas. Invitado por el Libertador, contempla el combate de San Lorenzo desde el campanario de la iglesia. Al día siguiente, compartiría un desayuno con el jefe vencedor y el vencido en el comedor del convento.
Según el historiador inglés H.S. Ferns, tanto John como su hermano William Parish reportaban a su abuelo Bath, de Londres, quien era informante de las autoridades británicas.
El combate de San Lorenzo -según Calabrese- fue observado muy de cerca por las autoridades británicas, que enviaron a la zona al capitán Peter Heywood, quien se encontraba en Buenos Aires entre septiembre de 1812 y julio de 1813. Se hicieron amigos, Heywood y San Martín, hasta el punto de que, cuando el General lleva a su hija Mercedes a Europa, la pone bajo la tutela de la señora de Heywood. La historia personal de Heywood, por otra parte, es totalmente cinematográfica: marinero de tatuaje y abordaje desde los 15 años, participó del "Motín del Bounty", que sirvió de base a un film inolvidable.
Otro ilustre amigo británico de San Martín: el médico James Paroissien, el primer extranjero a quien se concede la ciudadanía argentina. Según apunta Rodolfo Terragno, no era médico ni químico. Para Calabrese: viene como refuerzo tras la primera invasión inglesa y, al enterarse de que se ha producido la Reconquista, recala en Montevideo, donde pasa a servir como auxiliar de cirugía con el grado de subteniente, en el ejército de Whitelocke, que preparaba la segunda invasión, de 1807. Podemos colegir que se trataba de un práctico en medicina de guerra, algo así como un enfermero. Pero Calabrese concluye terminantemente: Paroissien era, en realidad, un espía consumado, con nutridos antecedentes.
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Pedro Ríos - El tambor de Tacuarí


Fuente:  http://www.manuelbelgrano.gov.ar/belgrano_anecdota_eltambor.htm 

El tambor de Tacuarí, Pedro Ríos, forma parte de la constelación de héroes que la Provincia de Corrientes dio a la Patria. La figura de José de San Martín, otro ilustre correntino, libertador de Argentina, Chile y Perú, es tan relevante que hace que los perfiles de los demás próceres se desdibujen. Sin embargo, es muy importante rescatar el heroísmo de Pedro Ríos, un niño de 12 años que acompañó a Belgrano en la Expedición al Paraguay, dando muestras de valentía y patriotismo, y perdiendo la vida en el combate de Tacuarí.

Pedro Ríos era un niño nacido en Yaguareté-Corá, que significa "corral de tigres" en guaraní, actual ciudad de Concepción, y cabecera de dicho departamento. Este pueblo es uno de los más antiguos de la provincia de Corrientes, fundado en el año 1796, con una base de 58 pobladores entre los que se contaban 32 españoles y 26 nativos, que se hallaban avecindados desde hacía varios años en torno al Oratorio de San Francisco de Asís, existente en el lugar, dependiendo éste del Curato de San Roque. En 1870, cambia el pueblo y departamento de Yaguareté –Corá por el actual de Concepción.

En 1810, el entonces coronel Manuel Belgrano se encontraba al mando de la Expedición Libertadora del Paraguay enviada por el gobierno de la Junta Gubernativa. Se proponía llevar la revolución al Paraguay.

La incorporación y la actuación de Pedro Ríos al Ejército de Belgrano fue durante muchos años un hecho poco conocido. Tal es así que existen datos equivocados en la película “El Tambor de Tacuarí” filmada en 1948, donde se lo llama Gregorio o Goyo, y aparece como incorporado al Ejército de Belgrano en Buenos Aires y en un diálogo afirma haber nacido allí, aunque llevado desde muy niño a Corrientes.

Los historiadores pudieron comprobar que nació en septiembre de 1798 en yaguareté-corá. En ese momento este pueblo contaba con una capilla que dependía del Curato de San Roque. Los bautizados allí durante mucho tiempo no fueron anotados. Por ello tampoco figura en los libros parroquiales de San Roque. La única referencia acerca de su nacimiento la proporciona el general Celestino Vidal, el militar que más contacto tuvo con el niño, quien a poco de incorporado, le recordó que hacía dos meses había cumplido doce años. Por lo cual su nacimiento debe ubicarse en septiembre de 1798.

El extinto doctor Francisco Atenodoro Benítez, nacido en la localidad de Concepción, en su libro Homenaje justiciero, la estatua al Tambor de Tacuarí, editado en 1930, nos ofrece datos certeros relativos a la entrada de Belgrano al citado pueblo y a la incorporación del Niño Héroe a las filas del Ejército Libertador.

En la mañana del 26 de noviembre de 1810 se produjo la entrada del Ejército de Belgrano en Concepción.Belgrano, penetró en las calles del pueblo, y acompañado de parte de su plana mayor, se dirigió a orar al oratorio, arrodillado ante el patrono de Yaguareté –Corá, que era entonces San Francisco de Asís. Al abandonar el oratorio para ir a visitar la escuela de primeras letras del pueblo, se encontró en el atrio con algunos paisanos, quienes le solicitaron incorporarse a las filas del ejército patriota, encontrándose entre ellos un niño de 12 años, Pedro Ríos, quien pedía insistentemente entrar al ejército. Belgrano dudó al principio de llevar a ese niño a una expedición militar, pero el propio padre, llamado Antonio Ríos, dijo: "No solo doy mi consentimiento, sino también ruego que lo acepte, porque yo, con mis 65 años de existencia, soy un hombre anciano y la entrega de mi hijo es la única ofrenda que puedo hacer a la Patria” (1)

El Comandante Celestino Vidal, que llegó a ser posteriormente general, hombre medio ciego, le solicitó a Belgrano que aceptara al niño para servirle de guía y compañero en la Campaña Libertadora del Paraguay, y por lo tanto, Pedro Ríos fue incorporado al Ejército Patriota.

La marcha del ejército de Belgrano demandó grandes sacrificios por las características del terreno, dado que existían numerosos ríos, arroyos, lagunas, esteros y bosques, que eran difíciles de cruzar por la carencia de caminos y de poblaciones de abastecimiento.

El 19 de diciembre se efectuó el cruce del Alto Paraná para ingresar a territorio paraguayo. Pedro Ríos no tuvo mucho tiempo para ejercitarse en el uso del tambor, debido que batir el parche en zona enemiga hubiera significado delatar la posición del ejército a los espías realistas. No obstante eso, años después cuando Manuel Belgrano era conducido enfermo desde Tucumán a Buenos Aires, en un descanso en tierra cordobesa, recordó que a la fecha del combate de Tacuarí, el niño había adquirido una destreza aceptable tocando el tambor. Lo consideraba Belgrano junto a las Niñas de Ayohuma, como los recuerdos más hermosos de su vida militar, puesto que estos niños en circunstancias adversas no claudicaron.

La primera noticia de una intervención de Pedro Ríos se produjo en el ataque al campamento enemigo de Yuquerí, el 19 de enero de 1811, que desembocó en la Batalla de Paraguarí, derrota para las fuerzas patriotas. En esa ocasión, Pedro Ríos tuvo la misión junto a 70 soldados y 14 peones de fortificar las carretas del parque de armas, como así también el hospital de campaña. En las escaramuzas de Itapúa, estuvo lejos de las acciones con el grueso del ejército. La batalla de Paraguarí tuvo lugar el 19 de enero de 1811, y aunque los patriotas lucharon denodadamente, el agotamiento de las municiones contribuyó a que éstos sufrieran su primer derrota en territorio paraguayo, pudiendo retirarse en orden y fortificarse en las proximidades del río Tacuarí, al sur del Paraguay. Cuando Belgrano advirtió que 120 de sus hombres quedaron encerrados en la capilla de Paraguarí, ordenó tocar reunión para auxiliarlos, produciéndose el bautismo de Pedro Ríos como tambor, al concedérsele al titular, ocupar posiciones de soldado en reemplazo de los que estaban en el oratorio.

En la batalla de Tacuarí, que tuvo lugar el 9 de marzo de 1811, se destacó la figura de Pedro Ríos.Guía del comandante Celestino Vidal y también batía los parches de su tambor. En cumplimiento de esas funciones en pleno desarrollo de las operaciones bélicas, fue alcanzado por dos proyectiles de fusil en el pecho, cayendo herido de gravedad y falleciendo minutos después, con heroísmo en el campo de batalla. El general Celestino Vidal decía hacia el final de su vida: “Lo recuerdo y me estremezco. Me parece estar viéndolo impasible avanzar a mi lado. Yo lo he visto caer y abandoné la lucha para socorrerlo. Murió de dos disparos en el pecho. Estoy seguro de que su muerte fue mi salvación, porque al detenerme, no caí como cayeron casi todos los del ala donde estábamos nosotros”(2)

En la batalla de Tacuarí finalizó la vida de este heroico niño correntino llamado Pedro Ríos, “Mártir de la Campaña Libertadora del Paraguay”. Su patriotismo y valentía debe servir de ejemplo a la niñez y juventud argentina.

Según Mitre: ”En la batalla de Tacuarí, la infantería argentina al son del paso de ataque que batía con vigor sobre el parche un niño de doce años, el lazarillo del comandante Celestino Vidal (que apenas veía), pues los niños y los ciegos fueron héroes en aquella jornada” (3)

En el centro de la Plaza 25 de Mayo de Concepción se encuentra emplazada una estatua del Niño Héroe, donación del personal directivo y docente de la Escuela Graduada J. Alfredo Ferreyra de esa localidad. Esta estatua fue inaugurada en el año 1929, durante la gobernación del doctor Benjamín S. González. La estatua es una réplica de la existente en el Colegio Militar de la Nación, obra del escultor Luis Perlotti, y fue fundida en el Arsenal de Guerra. Está montada sobre un pedestal de mampostería y tiene una placa homenaje del Círculo Militar, con la siguiente inscripción: " El Círculo Militar al Tambor Pedro Ríos, Muerto en el Combate de Tacuarí-9 de marzo de 1811” (4).

Existe un monolito recordatorio en su solar natal ubicado dentro del establecimiento agropecuario “San Eugenio”, sito en el paraje “Lomas de Verón”, en la 1ra. Sección Rural del Territorio Departamental de Concepción, a una distancia de dos kilómetros al noreste de la planta urbana de la localidad homónima, cabecera de dicho departamento. La Dirección Nacional de Educación del Adulto, Delegación Corrientes, a iniciativa del delegado provincial de esa época, Máximo Ricardo Dacunda Díaz, rindió homenaje a la memoria del Niño Héroe en ese lugar. El monolito tiene dos placas: la primera con la siguiente inscripción: "Pedro Ríos, Tambor de Tacuarí, Homenaje al Héroe correntino en su Tierra Natal, Concepción. Dirección Nacional de Educación del Adulto Delegación Corrientes. 14 de marzo de 1972”. La segunda fue un homenaje de la Municipalidad de Concepción con la siguiente leyenda: “Al Héroe Correntino (Tambor de Tacuarí) Pedro Ríos. Concepción. 14 de marzo de 1972”. (5)

1- Juan Carlos Díaz Ocanto, El Niño-Héroe era correntino. Argentina, Instituto Belgraniano, 1991, p. 9.
2- Juan Carlos Díaz Ocanto, op. cit., p. 14.
3- Juan Carlos Díaz Ocanto, op. cit., p. 15.
4- Juan Carlos Díaz Ocanto, op. cit., p. 15.
5- Juan Carlos Díaz Ocanto, op. cit., p. 16.
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