Qué? No sabias? Qué, no sabías lo de la carne de cerdo, que es afro-disíaca? Los científicos dicen que es mentira eso pero los Bichos de Campo tenemos sobradas pruebas de lo contrario.
Me cuenta un paisano amigo que hace unos años en la estancia donde era capataz, en una tarde de enero en que el sol calentaba como si se estuviera vengando del mundo, estaba él en la fresca penumbra de la pieza entre dormido y despierto echado en la cama, contando las lentas vueltas del ventilador de techo para quedarse dormido, recurriendo al ráspale de las paletas ya descalibradas, porque contar ovejas le daba calor. Y en esa somnolencia estaba cuando de pronto siente que afuera ladran los perros; y por la forma de torear era un gente, una persona que andaba por ahí; algo raro pasaba en esa especie de medianoche del campo que es la siesta, porque gente a esa hora… Al oír los perros nuestro amigo de la siesta interruptus se despabiló y se arrimó a la ventana. Corre la cortina y encandilado por ese sol como nunca, ve como a 150 metros que el menor de los Gauna, hijo del tambero, iba sigiloso para el chiquero de los chanchos (sí, es el chiquero de los chanchos, no se puede decir el chiquero de los porcinos, por más que se ofendan los de la AAPP, qué va’cer…). Y lo ve tranqueando en actitud sospechosa al Gaunita chico, actitud que le obligó espiarlo. El hombre, luego de ponerse las bombachas y chancletenado las alpargatas caminó raudo pero sigiloso por entre las higuerillas tupidas dando la vuelta grande para que Gaunita no lo viera, hasta que llegó a la tranquerita de entrada del chiquero. Y ahí estaba el muchachito.
(Las almas sensibles por favor abstenerse de lo que el relato seguirá describiendo.)
Me cuenta el capataz: “Y no va que me lo encuentro al muchacho empujando a la marrana como pa’darle arranque mirá, abrazado a las verijas, como soliviando esa masa de carne de 200 kilos, y que parecía que estaba en cambio porque se hamacaba pero no se movía. Yo me agazapé detrás del cobertizo de chapa para ver hasta donde llegaba ese dantesco cuadro; el morbo me ancló a la escena. La pobre chancha lo miraba al chico con la cabeza levemente girada hacia la derecha como al corriente de la necesidad infraumbilical del pibe, lo miraba con esa mansedumbre de los caballos viejos que pasean a los chicos por el parque. En un momento, el chico me vio espiándolo. Y lo que sigue, por preservar en pudor del muchacho, que hoy debe de ser padre de familia, no te lo cuento”, relató con cierto candor el hombre con los rencores morales ya caducos por el tiempo transcurrido, pero remató: “Sentiste hablar de ese cuento que decía qué va a tener monedas...? A veces la realidad se convierte en ficción para que no muera nadie.”
Bichos de Campo
Iván Gándara, Matías Longoni, Carlos González Prieto, Manuel Fernández, Alejandra Groba, Mercedes Colombres, Soledad Ricca y Lorena Tesio.
bichosdecampo@agroparlamento.com
http://www.agroparlamento.com/
**** La historia de esta región, que hoy comprende los partidos de Ensenada, Berisso y La Plata, y la historia de Argentina.FOTOS: plantilla y cabecera: Guillermo Hariyo.
Servicio de búsqueda personalizada
Búsqueda personalizada
Entradas más vistas en la última semana
Site Search Google
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
¿se suman?
El mundo de Olga y Daniel on Facebook
No hay comentarios.:
Publicar un comentario