Servicio de búsqueda personalizada

Búsqueda personalizada

Alberto Pringles y Charles Aznavour: recuerdos bohemios



¡Mi lenguaje favorito es sin duda el francés! Pero con excepción de “Taxi”, “Restaurant” y otras pocas palabras no lo entiendo para nada. ¡Para nada!
Pero a veces no hace falta “entender” para “percibir” para “sentir” y “absorber” lo que de hermoso ese idioma transmite.
Me llego una canción en francés cantada por Charles Aznavour “La Boheme” y allí quede prendado a ella. Y sin saber lo que decía ¡Pero si lo “sentía”!
Y busqué y encontré una versión con subtítulos en inglés y entonces empecé a entender mejor lo que allí decía. Pero no totalmente.
No, no es lo mismo tener la transcripción de la letra de la canción que cantarla en otro idioma.
Y buscando y buscando encontré para mi sorpresa y alegría su interpretación de esta canción en Castellano. ¡Y quedé subyugado por ella!
Es increíble lo que Aznavour transmite. Es fuerte, es romántico, es pasional. Y habla sí de amor, de pasiones, de nostalgias y también de desdichas y más aun de recuerdos lindos de lo que fuera su juventud.
Habla de lo que es la realidad. Habla de lo que es la vida. Con momentos dulces, con momentos muy amargos. Y habla de su vida de bohemia, de alegrías y de miseria.

Y me recuerda - y por qué no - mi época de plena miseria (o de bohemia) aquí al llegar a Los Ángeles hace ya casi 47 años. ¡Vaya “mishiadura” que pasé en aquellos tiempos!
Alquilaba un lugar que con mucho optimismo podía llamar un “cuarto” y de mala muerte donde me acompañaban al amanecer un trillón de cucarachas.
Pagaba por el U$S 5 por semana y cuando se me acabó la plata ni eso siquiera podía pagar y la encargada se compadeció y no me dejó en la calle.
La recuerdo con mucho cariño era una señora mayor de raza negra que no tenía el menor sentido de la coordinación de colores para vestirse. Se ponía un vestido largo violeta, la blusa amarilla, un sombrero amplio de ala y verde y medias coloradas y estaba descalza. Y me preguntaba “¿Que le parece?”

Y yo besaba mis dedos y se lo arrojaba diciéndole “beautiful”!
Llegue a Los Ángeles el 16 de Noviembre de 1963 y una semana después exactamente a los gritos me llamaba la señora desde abajo y yo no entendía que quería.
Subió la escalera, me tomó de la mano, bajamos rápido y allí en la pantalla de un televisor en blanco y negro me mostraba la tragedia que acababa de ocurrir.
Era el 22 de Noviembre y ese día en Texas acababan de asesinar al Presidente John Kennedy.
¡Y allí solos y abrazados los dos llorábamos juntos!
Kennedy fue un gran presidente y muy querido en Argentina y en el mundo entero, y el extremismo derechista y una mente psicopática lo asesinaron.
Estuve más de 3 meses sin poder conseguir un trabajo de “lo que fuera”. ¡Nada de nada!
Y ciertamente no perdí 15 kilos en tres meses porque estaba en dieta. ¡No tenía un peso o un maldito dólar ni en sueños! No, no era muy romántico. No, no era gracioso.
Pero era parecido a lo que canta Charles Aznavour. Igualito. Era la “Realidad”.
Sólo la música faltaba. Y la voz de Aznavour ¡Vaya “mishiadura” que pasé!
Lo curioso es que mirando y escuchando a Aznavour me parece entender del por qué los franceses se enamoraron de nuestro tango ya hace casi 100 años.
Es que nosotros nos parecemos en mucho a ellos. O ellos a nosotros.
Mirando los gestos de Azanvour la fuerza y pasión con que interpreta me parece verlo a Gardel, Alberto Moran, a Julio Sosa, Marino, Ángel Vargas, etc.
Somos iguales ¡Igualitos!
Por eso los que aseguran que Buenos Aires es la Paris de América tienen razón ¡Somos iguales!
Aquí para que ustedes lo juzguen una canción que Charles Aznavour canta en español (también la grabó en francés).
Les pido me hagan saber si coinciden conmigo.
Un abrazo:
Alberto R. Pringles

Alberto.Pringles@Argentinisima.US

No hay comentarios.:

¿se suman?