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Una carta desde el futuro. Que esto no suceda.




Ensenada, Agosto de 2030

En estos últimos otoños no barrimos hojas, barrimos coke

Algo pasó. No se sabe bien pero hubo una serie de sucesos por lo cual se llegó a esto.
Aparentemente todo lo acontecido pudo evitarse, pero nadie escuchó en su debido momento las voces que se alzaron tratando de evitar el fin.
En estos días vuelvo a leer La Invención de Morel, novela en la cual el protagonista huye a una isla inhabitable y putrefacta, en eso se convirtió la ciudad.
En el siglo XVIII fue anunciada la muerte de Dios por el poeta alemán Jean Paúl, teoría que se extendió por el todo el orbe de la mano de Friedrich Nietzche. En el año 2023 la ciencia mundial decreta su inexistencia debido a diferentes estudios, viajes interplanetarios y descubrimientos de nuevos mundos; En el año 2030 en la ciudad se volvió a creer en Dios y el Padre Nuestro se convirtió en un saludo; nadie al encontrarse se decía Hola, Adiós o ¿Cómo estas? Si no que se rezaban.
Todo lo que quiero contar comenzó con la mortandad de peces en nuestras costas, luego los pájaros huyeron y se secaron los árboles, el agua de las napas se contamino debido a un inmenso basural que se adueño de la parte Sur de la ciudad, en la parte Norte una empresa de fabricación de carbón hizo ocultar el cielo y la proliferación de fabricas químicas en el lado Oeste tornaron el aire irrespirable. Dicen que al principio a nadie le importó.
El primero muerto fue en un barrio junto al puerto de la ciudad, debido a un cáncer de traquea y pulmón; el siguiente fue en un paraje aledaño a la gran refinería, por altísimos niveles de plomo en la sangre y el tercero cerca del basural, por una mortal enfermedad infecciosa en la piel, luego fueron cientos. En la región que baña al río marrón (una de las reservas naturales de la zona) fue lo primero que colapso. Dichos barrios fueron cerrados, luego la ciudad.
Un anciano loco me contó que todo fue en plan orquestado, que los basurales y las distintas fábricas fueron distribuidas de tal manera para que la ciudad fuera rodeada y se torne inhabitable.
Pasaron muchas cosas en estos años, algunos aprovecharon para comprar propiedades a precios irrisorios ante la desesperación de sus dueños, y así sus hijos pudieran vivir bien en un futuro, con mascaras de oxigeno.
Las empresas contaminantes realizaron grandiosas donaciones para tapar sus irregularidades, pensando solo en sus ganancias y sin importarles el resultado, estas no piensan en tiempos inmediatos sino en años y años de proceso, no tienen fin, son eternas. Fabricas automatizadas sin necesidad de mano de obra.
Al que orgullosamente se le dio el nombre de “Polo Petroquímico” se convirtió en el “Gran Polo Petroquímico de Exterminación de Vida”.

El anciano loco me pregunto si no me había dado cuenta que se ha enfermado y muerto mucha gente, que si no me fije que el limonero no dio mas su precioso limón y que el naranjo se seco. No supe que responder. Al irme gritó: “En estos últimos otoños no barrimos hojas, barrimos Coke".


Justo
queestonosuceda@hotmail.com

PD: Esto ocurrió lejos, muy lejos de aquí






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Gracias por enviarlo, amigo Justo. Pero mientras un puñado de dólares compre un montón de conciencias, es muy posible "que esto suceda". OyD


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