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LA TREGUA UNITARIA DE LA BANDERITA (1862)

“Pavón no es sólo una victoria militar; es un triunfo de la civilización sobre los elementos de guerra de la barbarie”, escribe Mitre a su ministro de guerra Juan Andrés Gelly y Obes, el 22 de septiembre de 1861 a los cinco días de su inesperada victoria. (Herrera. “Buenos Aires Urquiza y Uruguay”)
Habían negociado en secreto antes de la batalla, y Urquiza le regala la victoria a Mitre bajo la promesa de Mitre de respetarle su feudo entrerriano. Urquiza por su parte se mantendría inactivo en su palacio de San José. A Mitre le quedaban entonces las manos libres para apoderarse del interior y barrer con lo quedaba de los federales para “uniformar el color” de la patria.
Toma entonces la bandera de la defensa Angel Vicente Peñaloza, el Chacho, general de la Nación y jefe del III Ejercito (de cuyo) y en carta del 8 de febrero a Taboada, partidario mitrista, le dice que “¿Porque hacer una guerra a muerte entre hermanos con hermanos? Contraria a la hidalguía de la raza; no hay objeto, pues la victoria ha sido amplia para los liberales y ¿a que exterminar a los federales? Teme que las generaciones futuras imitaran tan pernicioso ejemplo” (Manuel Gálvez. Vida de Sarmiento )
La carta es tomada como una provocación y Taboada penetra en Catamarca, Sandes en la Rioja y Arredondo en San Luis. Entran a sangre y fuego y comenten muchas atropellos y asesinatos, pero con el Cacho pronto habría cientos, y luego miles, que salían de sus ranchos y sus campos con un caballo de tiro y media tijera de tusar en la lanza. Peleaban por el respeto y para defenderse de los atropellos porteños. Poco puede hacer el Chacho de frente contra los ejércitos nacionales, pero se les escabulle a lo llanos, donde era imbatible.
Al campamento del Chacho va el sacerdote Eusebio Bedoya como negociador del gobierno nacional. Llega en nombre de Mitre para ofrecerle otra vez la paz, garantizada ahora “en nombre del Señor”. El Chacho acepta, y se fija “La Banderita” para la ratificación de la paz e intercambio de prisioneros.
El Chacho acude con la montonera en correcta formación. También esta el ejercito nacional con los jefes mitristas: Rivas, Sandes, Arredondo.
José Hernández narra la entrega de prisioneros nacionales tomados por el Chacho:
- Ustedes dirán si los han tratado bien – pregunta el Chacho.
- ¡Viva el General Peñaloza! – fue la respuesta unánime.
Después el Chacho se dirige a los jefes nacionales:
- Y bien...¿dónde están los míos?...¿por qué no me responden? ¡Que!...¡será cierto lo que se ha dicho? ¿será verdad que todos han sido fusilados?
Los jefes de Mitre se mantenían en silencio, humillados, los prisioneros habían sido fusilados sin piedad, como se persigue y mata a las fiera de los bosques: las mujeres habían sido arrebatadas por los invasores. (José Hernández.- “Vida del Chacho”)
Desaparecida la resistencia del interior, Mitre podrá entregar tranquilo el ferrocarril Oeste a capitales ingleses, y al inaugurar al estación del “Sud” en 1862, dice en el discurso:
“¿Quien impulsa este progreso? Señores: es el capital inglés”

Fuentes:
* Rosa, José Maria. La guerra del Paraguay y las montoneras rgentinas.
* Idem. Historia Argentina.
* Manuel Gálvez. Vida de Sarmiento
* José Hernández. “Vida del Chacho”

Fuente: La Gazeta Federal

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