Fanessi, Luis José
El 16 de octubre de 1998, el Honorable Concejo Deliberante de Ensenada, en uso de sus atribuciones, sancionó la ordenanza 2187/98 por la cual se declaró Vecino Distinguido de la comunidad local al Sr. Luis José Fanessi. Lo hizo en reconocimiento a su extensa y fructífera trayectoria gremial en defensa de los auténticos principios de la clase trabajadora.
Luis J. Fanessi nació el 18 de marzo de 1908 en la Isla Santiago. Cursó sus estudios primarios en la entonces Escuela nro. 36. A los 13 años de edad se desempeñaba como peón cosechador de quintas y peón rural en la cosecha de trigo, trabajando de sol a sol con salario de un peso por día.
El 22 de noviembre de 1922 ingresó como aprendiz en la Base Naval, sin compensación salarial durante los primeros seis meses de prueba. Luego comenzó a cobrar ochenta centavos por día.
Durante el año 1929 cumplió con el servicio militar obligatorio. Fue testigo, con tristeza y amargura, del golpe militar del 6 de septiembre de 1930, que produjo el derrocamiento del gobierno democrático y popular de Hipólito Irigoyen. Fue durante esa "década infame" en que comenzó a participar de las primeras rudimentarias organizaciones de trabajadores, unidos para peticionar a las autoridades por las mejoras salariales y demás beneficios sociales, a fin de sobrellevar las graves consecuencias de miseria y hambre que el régimen provocaba.
El 1º de noviembre de 1936 se afilió a la Unión Obreros y Empleados del Estado, por sugerencia de sus compañeros. En 1941 fue designado delegado de la sección Mecánica y Secretario General de delegados. Posteriormente llegó al cargo de Secretario Adjunto de la seccional Ensenada, compuesta por personal de YPF, civil de las fuerzas armadas, Salud Pública, Obras Públicas y la Fábrica Militar de ácido sulfúrico.
Durante esos tiempos se orientaban por el principio rector de que "la emancipación de los trabajadores es obra de los trabajadores mismos". Cuando su compañero Tesorieri había sido recluido en la cárcel de Villa Devoto, consiguió su liberación a través de todo un trabajo de lucha y reclamo.
En marzo de 1944 se inicia una nueva era. Desde la nueva Secretaría de Trabajo y Previsión se comienzan a conseguir los primeros beneficios sociales.
"El 17 de octubre de 1945 forma parte de la marea humana proletaria que se hizo presente en la Plaza de Mayo para pedir, con estremecedora espontaneidad y en virtud de la coincidencia impetuosa de que son capaces los hombres y las mujeres del pueblo, la libertad de su líder. Como si hubiesen tenido conciencia de que ellos con su actitud determinaban el comienzo de un período de genuino engrandecimiento nacional, desde todas partes, en impresionantes columnas que vencían todo obstáculo, llegaron no solamente para pedir la libertad de su líder sino para producir la revolución social que el país necesitaba y para consolidar una demostración de fuerza, intuitivos y seguros de lo que hacían, sostenidos por lo inamovible de sus convicciones. Marea de grito y pasión, densa, y a la vez desbordada, como cuando se libra la última batalla, la única que no se puede perder".
Hemos trascripto del texto de la Ordenanza 2197/98 este párrafo textualmente por entender que refleja mucho del sentimiento que animó al joven Fanessi de aquellos días, impulsándolo a integrarse a esa columna que avanzaba hacia Buenos Aires pero también avanzaba hasta el lugar que la aguardaba en la historia argentina.
El 5 de noviembre de 1945, Luis José Fanessi, con otros cincuenta compañeros estatales, es recibido por el Secretario de Trabajo y Previsión.
Una vez que Perón asume el gobierno por el voto popular, Luis continúa su trabajo habitual, siendo nombrado por concurso Jefe de Mecánica Balanceador en la Base Naval. Y continuaba con más entusiasmo que nunca con su actividad sindical.
En el transcurso del año 1951 se hizo acreedor, junto a otros 5 compañeros, a una beca de especialización en países extranjeros. El 2 de enero de 1954, luego de 31 años de labor ininterrumpida en la Base Naval, se le otorga el pase definitivo a Astilleros Río Santiago.
1955. 16 de junio y 16 de septiembre. El gobierno del General Perón es sacudido y finalmente derribado por sangrientos ataques. Fanessi participa activamente en su defensa. Luego, junto a la clase obrera, reacciona y resiste. Épocas de Valle y de Tanco. Finalmente es dejado cesante por "falta de lealtad a la Marina de Guerra" (no podían decir que lo echaban por peronista). Y el odio es tal que, a pesar de la ley de amnistía sancionada en 1958, se le niega la reincorporación. Luis José Fanessi es un hombre "peligroso".
En diciembre de 1961 se le otorga la jubilación anticipada y es contratado como empleado en la farmacia de la obra social de ATE.
Pero Fanessi es un roble. Se alista tras la resistencia comandada por John William Cooke junto a los ensenadenses Juan Antonio Collazo, José Oviedo, Justo Varela, Andrés Cerrudo, Tito Castellani, Alberto Magnoni, Alberto Aparicio, Jorge Blanco, Ricardo y Enrique Maresca, Jesús Llanes, Elías Amigorena, Raúl Sosa, Luis Riché, Vicente Díaz, Enrique Navarro, Osvaldo Núñez, Carlos Vardin, los Di Lorenzo, Toselli, Ríos, Luise, Mariquita Tesorieri, Élida Collazo, las Ríos, Chamorro y muchos más.
El 18 de marzo de 1962 (elecciones ganadas en la Provincia por Framini y Anglada) es electo como primer concejal en la lista de Juan Collazo para Ensenada. Cumplía 54 años ese mismo día pero no pudo recibir ese regalo de su pueblo. Las elecciones no resultaron válidas según los militares, y fueron anuladas. Como en los juegos infantiles, si gano yo vale, si ganás vos, no vale. Y no podía ser que la Provincia de Buenos Aires quedara en manos peronistas. Fanessi siguió transitando la parte oscura del camino. Fue vendedor de vinos, empleado en la proveeduría de ATE, fruticultor en la Isla Santiago.
El 11 de septiembre de 1968 se crea el Centro de Jubilados y Pensionados de los trabajadores del Estado y es designado primer secretario general del mismo, y dos meses más tarde se convierte además en Secretario Adjunto a nivel nacional.
Su personalidad y su experiencia fueron valoradas por sus pares sindicales, y el 7 de julio de 1971 asume como Secretario de Previsión en el Consejo Directivo Central de la Asociación, siendo en 1974 uno de los delegados argentinos al Tercer Seminario Latinoamericano de Trabajadores Estatales, que se realizó en Lima (Perú) participando 18 países.
El 20 de abril de ese mismo año 1974 recibe un merecido homenaje por su trayectoria abnegada, honesta y digna, de parte de la comisión de ATE Ensenada y de la comisión del Centro de Jubilados y Pensionados del gremio. Asimismo integró la comisión de los actos conmemorativos del cincuentenarios de la Organización Gremial de Estatales. El hombre de la Isla Santiago seguía aportando su presencia en la lucha por los derechos de los trabajadores.
El 24 de febrero de 1983, Fanessi es designado apoderado de la lista constitutiva de la Confederación de Gremios Estatales, que preside otro ilustre ensenadense: el compañero Gerónimo Izetta. Hasta el 20 de noviembre del año siguiente se desempeña como Secretario General Adjunto del Consejo Directivo Central de ATE.
En octubre de 1987, don Luis es nombrado Presidente de la Comisión del Centenario de la Escuela de Río Santiago (antes nro. 36 y hoy nro. 8).
Hoy, en pleno año 2000, Fanessi es un hombre de edad avanzada, pero de ningún modo un "viejo". Ha encontrado la fuente de la juventud eterna al rodearse de muchachos y chicas con los que no solamente dialoga sino con los que planifica, a través del Club de Leones y del Club Leo, acciones a realizar en un futuro inmediato.
Ensenada lo ha declarado Ciudadano Ilustre. Pero tiene mayores lauros: el amor invalorable de sus familiares y amigos, que lo quieren y lo respetan por su calidad humana.
Este homenaje que hemos procurado rendirle no tiene, de ningún modo, la connotación de un punto final a una historia de vida. Es apenas un punto y seguido. Sin embargo, por lo hecho hasta ahora, queremos decir a don Luis Fanessi que le agradecemos y que lo admiramos profundamente. Usted ha demostrado que cualquier circunstancia se puede enfrentar y superar cuando uno es un hombre de bien.
En una entrevista con la Revista "Villa Tranquila", Luis Fanessi relató, entre otras cosas:
"Cuando yo empecé mi aprendizaje en ATE, estábamos unidos con YPF. Era la 'Unión Obreros y Empleados del Estado' . Como teníamos menos afiliados, en la Comisión teníamos cuatro representantes y ellos tenían siete. Eran mayoría. Mariano Fernández era el Secretario General. Había muchos delegados de izquierda. ...
Nosotros no hacíamos uso de licencia gremial. Trabajábamos todo el día y después nos reuníamos allí, en Ortiz de Rosas, donde está ahora, pero era un caserón viejo que se venía abajo, se caían todos los pisos, se llovía adentro. Era una miseria espantosa. Pero, de cualquier forma, salíamos del trabajo y nos reuníamos. Y cuando terminábamos la reunión estaban los delegados de YPF esperándonos en el salón más grande y nos traían problemas. Ellos querían hacerle una huelga a Perón. Estaban embarcados en ésa. El motivo eran las seis horas. Nosotros estábamos totalmente de acuerdo. Querían a toda costa hacerle un paro. Y se lo hicieron, al final. Se podía haber logrado sin hacer ese paro. Yo entendí, mientras estuve trabajando gremialmente, que todo se podía conseguir conversando. No llevando violencia o queriendo forzosamente conseguir una mejora. ...
Ha cambiado todo. Usted ve, por ejemplo, que yo estoy acá. Esto lo hice después del año 40. Con maderas de la isla y un poco que compré me hice esto. Yo no me enriquecí actuando en el gremio. Al contrario. No solamente yo, sino Pepe Castelani, Yánez..., toda esa gente, a veces poníamos un peso nosotros para viajar. Tomábamos el tren, y había segunda y primera. En segunda costaba uno ochenta el viaje ida y vuelta. Y nosotros, para no ocasionarle gastos al gremio, viajábamos siempre en segunda. Cuando bajábamos en Constitución había que acomodar los huesos. ...
A mí me tocó, y a los que estaban conmigo también, actuar con los militares. Y era de la Marina, una institución seria. Yo había entrado de aprendiz a la Base. Me hice ahí, junto con ellos. Y eran severos y rectos. Yo siempre tuve ese concepto. De que eran gente recta. Y me acuerdo de haber ido a hacer gestiones junto con el Secretario General del gremio. Íbamos al Jefe de Personal y luego teníamos audiencia para hablar con Massera. Nunca nos negó la entrevista. Nos trataba muy amablemente. Íbamos nosotros y creo que éramos privilegiados. Ellos sabían cómo actuábamos nosotros, correctamente, entonces teníamos las puertas abiertas. ...
Yo tengo este concepto de la Policía. A mí un policía nunca me molestó. Y no me molestó porque yo tampoco molesté a nadie. Si alguien hace lo que no corresponde, entonces la Policía es mala para él. Para mí, si la Policía no existiera sería lo mismo, porque no la necesito. ...
En mi juventud, hasta los dieciocho o diecinueve años, yo era de tendencia socialista. Pero después de la "Revolución Libertadora", cuando a Palacios lo nombraron Embajador en Uruguay y se fue en un barco de guerra, desde ese día dije: "No, basta. Los criticamos, decimos de todo, y después somos igual que ellos". ...
Yo pienso que ahora, especialmente, haría falta educar mucho. ...
Le voy a decir cómo empecé a luchar. Yo estaba en la Base y un día trabajábamos en la campana de salvamento de un submarino, conectando la máquina para recoger el cable y arrimar esa campana arriba de la escotilla del submarino. A mí, cuando no había gremio, me destinaban como delegado a la Mutualidad Antituberculosa, que era lo que tenía la Marina al principio. Me habían mandado varias veces. Había que hacer una gestión con el Director, de la Sección mía siempre me señalaban y me mandaban a mí. Y de ahí, es claro, me fui haciendo un poquitito amigo hasta de los jefes. La gente quería a toda costa que yo actuara gremialmente. Pero yo estaba en la isla y me daba cuenta de que no podía ser. (Aquí vino una larga conversación acerca de la isla, sus principios, cómo es vivir allí, etc. que ya transcribiremos en esta columna). ...
Como siempre me gustó la lucha, pero siempre para hacer el bien, vi que mi sobrino y otros que estaban en el Club de Leones hacían algo bien. Un día me invitaron a cenar con ellos, y como estaba mi sobrino fui con él. Vi toda su obra, todo lo que hacían y, sobre todo, la atención. ...
En la Base Naval había un profesor italiano llamado Mario Bertagna. Él fue el que me enseñó a trabajar en la balanceadora, la famosa balanceadora. Él y yo comenzamos a balancear los motores. Los profesores de allí sabían mucho y eran muy exigentes. Por eso, a la gente de la Base después la buscaban de todos lados. ...
Después de jubilarme no puedo quedarme quieto. Dentro de mis posibilidades, siempre estoy haciendo algo. Por ejemplo, agarro un zapín y me pongo a escarbar la tierra. Me gustan las plantas, me gusta todo eso. Dentro de las posibilidades, dentro de lo que yo puedo moverme, lo hago. Además tengo que cuidar a mi esposa que no ve. ¿Usted sabe que cocino? No muy bien, quizá, pero tengo que hacerlo. ...
Yo viví más dentro del gremio que en mi casa. Mi aprendizaje gremial fue después del año 40. Vine a vivir aquí en el año 41, en esta casa, aquí, como estoy ahora (actual Bossinga casi Francisco Cestino), No había nada. Un cañaveral. Esta Doña Adela, no recuerdo el apellido. Donde está la estación de servicio hubo un bar. Yo venía a casa de noche. Recuerdo cuántas noches, con esas reuniones en que los zurdos nos entretenían allí, venía a mi casa cuando ya estaba mi hijo durmiendo en los brazos de la abuela esperándome para cenar. Eran las 10, las 11 de la noche. En ese tiempo no había licencia gremial como ahora. ...
Habían llegado unos transportes que llevaban presos a Ushuaia a dirigentes gremiales y activistas. Los vi. Estaban a bordo, metidos abajo, en la bodega, y los llevaban al sur. Y también "les daban leña". ...
(Menciona luego Luis a un secretario general por el que sintió respeto y admiración: José Vicente Tesorieri, de quien nos muestra incluso una fotografía tomada en una concurrida reunión sindical). Esto fue en un Congreso en la calle Colombres 142. Fue la vez en que yo actué como farmacéutico. Y no solamente eso sino que por ahí me decían "doctor". ...
Perón, para mí, a lo mejor equivocado, fue un estadista, un visionario (dice, mientras exhibe una fotografía de un joven Coronel Perón dedicada a Luis Fanessi el 5 de noviembre de 1945). Aquí fue cuando el nos dijo, parado junto al ascensor en el tercer piso de un edificio de la calle Posadas, que "la clase trabajadora unida es más fuerte que el ejército". Y también nos dijo: "ustedes están ahora en condiciones de poder ir a ocupar la función pública".
...
A la isla Santiago alguna vez la denominaron "Isla Fanessi". Yo le voy a explicar por qué. Resulta que cuando vino mi abuelo aquí a la Argentina se radicó en el Dique. Y ahí se enteró de que iban a hacer el puerto. Entonces, con un hermano, decidieron, sabiendo que iba a haber mucho trabajo, ir a poner un restaurant en la isla. Y lo pusieron. Todavía no vivía gente en la isla. Uno de los primeros habitantes de la isla fue mi abuelo. Entonces, cuando pusieron el restaurant, como en la isla del otro lado se había radicado Pagani con su "Restaurant Pagani", de este lado le llamaron "Restaurant Fanessi". No era el nombre de la isla sino del restaurant, pero muchos le empezaron a decir "Isla Fanessi". Tal es así que habían hecho un muelle para desembarcar pasajeros y, cuando lo reparó Obras Públicas, le pusieron un cartel de "Muelle Fanessi". ...
(continuará)
El 16 de octubre de 1998, el Honorable Concejo Deliberante de Ensenada, en uso de sus atribuciones, sancionó la ordenanza 2187/98 por la cual se declaró Vecino Distinguido de la comunidad local al Sr. Luis José Fanessi. Lo hizo en reconocimiento a su extensa y fructífera trayectoria gremial en defensa de los auténticos principios de la clase trabajadora.
Luis J. Fanessi nació el 18 de marzo de 1908 en la Isla Santiago. Cursó sus estudios primarios en la entonces Escuela nro. 36. A los 13 años de edad se desempeñaba como peón cosechador de quintas y peón rural en la cosecha de trigo, trabajando de sol a sol con salario de un peso por día.
El 22 de noviembre de 1922 ingresó como aprendiz en la Base Naval, sin compensación salarial durante los primeros seis meses de prueba. Luego comenzó a cobrar ochenta centavos por día.
Durante el año 1929 cumplió con el servicio militar obligatorio. Fue testigo, con tristeza y amargura, del golpe militar del 6 de septiembre de 1930, que produjo el derrocamiento del gobierno democrático y popular de Hipólito Irigoyen. Fue durante esa "década infame" en que comenzó a participar de las primeras rudimentarias organizaciones de trabajadores, unidos para peticionar a las autoridades por las mejoras salariales y demás beneficios sociales, a fin de sobrellevar las graves consecuencias de miseria y hambre que el régimen provocaba.
El 1º de noviembre de 1936 se afilió a la Unión Obreros y Empleados del Estado, por sugerencia de sus compañeros. En 1941 fue designado delegado de la sección Mecánica y Secretario General de delegados. Posteriormente llegó al cargo de Secretario Adjunto de la seccional Ensenada, compuesta por personal de YPF, civil de las fuerzas armadas, Salud Pública, Obras Públicas y la Fábrica Militar de ácido sulfúrico.
Durante esos tiempos se orientaban por el principio rector de que "la emancipación de los trabajadores es obra de los trabajadores mismos". Cuando su compañero Tesorieri había sido recluido en la cárcel de Villa Devoto, consiguió su liberación a través de todo un trabajo de lucha y reclamo.
En marzo de 1944 se inicia una nueva era. Desde la nueva Secretaría de Trabajo y Previsión se comienzan a conseguir los primeros beneficios sociales.
"El 17 de octubre de 1945 forma parte de la marea humana proletaria que se hizo presente en la Plaza de Mayo para pedir, con estremecedora espontaneidad y en virtud de la coincidencia impetuosa de que son capaces los hombres y las mujeres del pueblo, la libertad de su líder. Como si hubiesen tenido conciencia de que ellos con su actitud determinaban el comienzo de un período de genuino engrandecimiento nacional, desde todas partes, en impresionantes columnas que vencían todo obstáculo, llegaron no solamente para pedir la libertad de su líder sino para producir la revolución social que el país necesitaba y para consolidar una demostración de fuerza, intuitivos y seguros de lo que hacían, sostenidos por lo inamovible de sus convicciones. Marea de grito y pasión, densa, y a la vez desbordada, como cuando se libra la última batalla, la única que no se puede perder".
Hemos trascripto del texto de la Ordenanza 2197/98 este párrafo textualmente por entender que refleja mucho del sentimiento que animó al joven Fanessi de aquellos días, impulsándolo a integrarse a esa columna que avanzaba hacia Buenos Aires pero también avanzaba hasta el lugar que la aguardaba en la historia argentina.
El 5 de noviembre de 1945, Luis José Fanessi, con otros cincuenta compañeros estatales, es recibido por el Secretario de Trabajo y Previsión.
Una vez que Perón asume el gobierno por el voto popular, Luis continúa su trabajo habitual, siendo nombrado por concurso Jefe de Mecánica Balanceador en la Base Naval. Y continuaba con más entusiasmo que nunca con su actividad sindical.
En el transcurso del año 1951 se hizo acreedor, junto a otros 5 compañeros, a una beca de especialización en países extranjeros. El 2 de enero de 1954, luego de 31 años de labor ininterrumpida en la Base Naval, se le otorga el pase definitivo a Astilleros Río Santiago.
1955. 16 de junio y 16 de septiembre. El gobierno del General Perón es sacudido y finalmente derribado por sangrientos ataques. Fanessi participa activamente en su defensa. Luego, junto a la clase obrera, reacciona y resiste. Épocas de Valle y de Tanco. Finalmente es dejado cesante por "falta de lealtad a la Marina de Guerra" (no podían decir que lo echaban por peronista). Y el odio es tal que, a pesar de la ley de amnistía sancionada en 1958, se le niega la reincorporación. Luis José Fanessi es un hombre "peligroso".
En diciembre de 1961 se le otorga la jubilación anticipada y es contratado como empleado en la farmacia de la obra social de ATE.
Pero Fanessi es un roble. Se alista tras la resistencia comandada por John William Cooke junto a los ensenadenses Juan Antonio Collazo, José Oviedo, Justo Varela, Andrés Cerrudo, Tito Castellani, Alberto Magnoni, Alberto Aparicio, Jorge Blanco, Ricardo y Enrique Maresca, Jesús Llanes, Elías Amigorena, Raúl Sosa, Luis Riché, Vicente Díaz, Enrique Navarro, Osvaldo Núñez, Carlos Vardin, los Di Lorenzo, Toselli, Ríos, Luise, Mariquita Tesorieri, Élida Collazo, las Ríos, Chamorro y muchos más.
El 18 de marzo de 1962 (elecciones ganadas en la Provincia por Framini y Anglada) es electo como primer concejal en la lista de Juan Collazo para Ensenada. Cumplía 54 años ese mismo día pero no pudo recibir ese regalo de su pueblo. Las elecciones no resultaron válidas según los militares, y fueron anuladas. Como en los juegos infantiles, si gano yo vale, si ganás vos, no vale. Y no podía ser que la Provincia de Buenos Aires quedara en manos peronistas. Fanessi siguió transitando la parte oscura del camino. Fue vendedor de vinos, empleado en la proveeduría de ATE, fruticultor en la Isla Santiago.
El 11 de septiembre de 1968 se crea el Centro de Jubilados y Pensionados de los trabajadores del Estado y es designado primer secretario general del mismo, y dos meses más tarde se convierte además en Secretario Adjunto a nivel nacional.
Su personalidad y su experiencia fueron valoradas por sus pares sindicales, y el 7 de julio de 1971 asume como Secretario de Previsión en el Consejo Directivo Central de la Asociación, siendo en 1974 uno de los delegados argentinos al Tercer Seminario Latinoamericano de Trabajadores Estatales, que se realizó en Lima (Perú) participando 18 países.
El 20 de abril de ese mismo año 1974 recibe un merecido homenaje por su trayectoria abnegada, honesta y digna, de parte de la comisión de ATE Ensenada y de la comisión del Centro de Jubilados y Pensionados del gremio. Asimismo integró la comisión de los actos conmemorativos del cincuentenarios de la Organización Gremial de Estatales. El hombre de la Isla Santiago seguía aportando su presencia en la lucha por los derechos de los trabajadores.
El 24 de febrero de 1983, Fanessi es designado apoderado de la lista constitutiva de la Confederación de Gremios Estatales, que preside otro ilustre ensenadense: el compañero Gerónimo Izetta. Hasta el 20 de noviembre del año siguiente se desempeña como Secretario General Adjunto del Consejo Directivo Central de ATE.
En octubre de 1987, don Luis es nombrado Presidente de la Comisión del Centenario de la Escuela de Río Santiago (antes nro. 36 y hoy nro. 8).
Hoy, en pleno año 2000, Fanessi es un hombre de edad avanzada, pero de ningún modo un "viejo". Ha encontrado la fuente de la juventud eterna al rodearse de muchachos y chicas con los que no solamente dialoga sino con los que planifica, a través del Club de Leones y del Club Leo, acciones a realizar en un futuro inmediato.
Ensenada lo ha declarado Ciudadano Ilustre. Pero tiene mayores lauros: el amor invalorable de sus familiares y amigos, que lo quieren y lo respetan por su calidad humana.
Este homenaje que hemos procurado rendirle no tiene, de ningún modo, la connotación de un punto final a una historia de vida. Es apenas un punto y seguido. Sin embargo, por lo hecho hasta ahora, queremos decir a don Luis Fanessi que le agradecemos y que lo admiramos profundamente. Usted ha demostrado que cualquier circunstancia se puede enfrentar y superar cuando uno es un hombre de bien.
En una entrevista con la Revista "Villa Tranquila", Luis Fanessi relató, entre otras cosas:
"Cuando yo empecé mi aprendizaje en ATE, estábamos unidos con YPF. Era la 'Unión Obreros y Empleados del Estado' . Como teníamos menos afiliados, en la Comisión teníamos cuatro representantes y ellos tenían siete. Eran mayoría. Mariano Fernández era el Secretario General. Había muchos delegados de izquierda. ...
Nosotros no hacíamos uso de licencia gremial. Trabajábamos todo el día y después nos reuníamos allí, en Ortiz de Rosas, donde está ahora, pero era un caserón viejo que se venía abajo, se caían todos los pisos, se llovía adentro. Era una miseria espantosa. Pero, de cualquier forma, salíamos del trabajo y nos reuníamos. Y cuando terminábamos la reunión estaban los delegados de YPF esperándonos en el salón más grande y nos traían problemas. Ellos querían hacerle una huelga a Perón. Estaban embarcados en ésa. El motivo eran las seis horas. Nosotros estábamos totalmente de acuerdo. Querían a toda costa hacerle un paro. Y se lo hicieron, al final. Se podía haber logrado sin hacer ese paro. Yo entendí, mientras estuve trabajando gremialmente, que todo se podía conseguir conversando. No llevando violencia o queriendo forzosamente conseguir una mejora. ...
Ha cambiado todo. Usted ve, por ejemplo, que yo estoy acá. Esto lo hice después del año 40. Con maderas de la isla y un poco que compré me hice esto. Yo no me enriquecí actuando en el gremio. Al contrario. No solamente yo, sino Pepe Castelani, Yánez..., toda esa gente, a veces poníamos un peso nosotros para viajar. Tomábamos el tren, y había segunda y primera. En segunda costaba uno ochenta el viaje ida y vuelta. Y nosotros, para no ocasionarle gastos al gremio, viajábamos siempre en segunda. Cuando bajábamos en Constitución había que acomodar los huesos. ...
A mí me tocó, y a los que estaban conmigo también, actuar con los militares. Y era de la Marina, una institución seria. Yo había entrado de aprendiz a la Base. Me hice ahí, junto con ellos. Y eran severos y rectos. Yo siempre tuve ese concepto. De que eran gente recta. Y me acuerdo de haber ido a hacer gestiones junto con el Secretario General del gremio. Íbamos al Jefe de Personal y luego teníamos audiencia para hablar con Massera. Nunca nos negó la entrevista. Nos trataba muy amablemente. Íbamos nosotros y creo que éramos privilegiados. Ellos sabían cómo actuábamos nosotros, correctamente, entonces teníamos las puertas abiertas. ...
Yo tengo este concepto de la Policía. A mí un policía nunca me molestó. Y no me molestó porque yo tampoco molesté a nadie. Si alguien hace lo que no corresponde, entonces la Policía es mala para él. Para mí, si la Policía no existiera sería lo mismo, porque no la necesito. ...
En mi juventud, hasta los dieciocho o diecinueve años, yo era de tendencia socialista. Pero después de la "Revolución Libertadora", cuando a Palacios lo nombraron Embajador en Uruguay y se fue en un barco de guerra, desde ese día dije: "No, basta. Los criticamos, decimos de todo, y después somos igual que ellos". ...
Yo pienso que ahora, especialmente, haría falta educar mucho. ...
Le voy a decir cómo empecé a luchar. Yo estaba en la Base y un día trabajábamos en la campana de salvamento de un submarino, conectando la máquina para recoger el cable y arrimar esa campana arriba de la escotilla del submarino. A mí, cuando no había gremio, me destinaban como delegado a la Mutualidad Antituberculosa, que era lo que tenía la Marina al principio. Me habían mandado varias veces. Había que hacer una gestión con el Director, de la Sección mía siempre me señalaban y me mandaban a mí. Y de ahí, es claro, me fui haciendo un poquitito amigo hasta de los jefes. La gente quería a toda costa que yo actuara gremialmente. Pero yo estaba en la isla y me daba cuenta de que no podía ser. (Aquí vino una larga conversación acerca de la isla, sus principios, cómo es vivir allí, etc. que ya transcribiremos en esta columna). ...
Como siempre me gustó la lucha, pero siempre para hacer el bien, vi que mi sobrino y otros que estaban en el Club de Leones hacían algo bien. Un día me invitaron a cenar con ellos, y como estaba mi sobrino fui con él. Vi toda su obra, todo lo que hacían y, sobre todo, la atención. ...
En la Base Naval había un profesor italiano llamado Mario Bertagna. Él fue el que me enseñó a trabajar en la balanceadora, la famosa balanceadora. Él y yo comenzamos a balancear los motores. Los profesores de allí sabían mucho y eran muy exigentes. Por eso, a la gente de la Base después la buscaban de todos lados. ...
Después de jubilarme no puedo quedarme quieto. Dentro de mis posibilidades, siempre estoy haciendo algo. Por ejemplo, agarro un zapín y me pongo a escarbar la tierra. Me gustan las plantas, me gusta todo eso. Dentro de las posibilidades, dentro de lo que yo puedo moverme, lo hago. Además tengo que cuidar a mi esposa que no ve. ¿Usted sabe que cocino? No muy bien, quizá, pero tengo que hacerlo. ...
Yo viví más dentro del gremio que en mi casa. Mi aprendizaje gremial fue después del año 40. Vine a vivir aquí en el año 41, en esta casa, aquí, como estoy ahora (actual Bossinga casi Francisco Cestino), No había nada. Un cañaveral. Esta Doña Adela, no recuerdo el apellido. Donde está la estación de servicio hubo un bar. Yo venía a casa de noche. Recuerdo cuántas noches, con esas reuniones en que los zurdos nos entretenían allí, venía a mi casa cuando ya estaba mi hijo durmiendo en los brazos de la abuela esperándome para cenar. Eran las 10, las 11 de la noche. En ese tiempo no había licencia gremial como ahora. ...
Habían llegado unos transportes que llevaban presos a Ushuaia a dirigentes gremiales y activistas. Los vi. Estaban a bordo, metidos abajo, en la bodega, y los llevaban al sur. Y también "les daban leña". ...
(Menciona luego Luis a un secretario general por el que sintió respeto y admiración: José Vicente Tesorieri, de quien nos muestra incluso una fotografía tomada en una concurrida reunión sindical). Esto fue en un Congreso en la calle Colombres 142. Fue la vez en que yo actué como farmacéutico. Y no solamente eso sino que por ahí me decían "doctor". ...
Perón, para mí, a lo mejor equivocado, fue un estadista, un visionario (dice, mientras exhibe una fotografía de un joven Coronel Perón dedicada a Luis Fanessi el 5 de noviembre de 1945). Aquí fue cuando el nos dijo, parado junto al ascensor en el tercer piso de un edificio de la calle Posadas, que "la clase trabajadora unida es más fuerte que el ejército". Y también nos dijo: "ustedes están ahora en condiciones de poder ir a ocupar la función pública".
...
A la isla Santiago alguna vez la denominaron "Isla Fanessi". Yo le voy a explicar por qué. Resulta que cuando vino mi abuelo aquí a la Argentina se radicó en el Dique. Y ahí se enteró de que iban a hacer el puerto. Entonces, con un hermano, decidieron, sabiendo que iba a haber mucho trabajo, ir a poner un restaurant en la isla. Y lo pusieron. Todavía no vivía gente en la isla. Uno de los primeros habitantes de la isla fue mi abuelo. Entonces, cuando pusieron el restaurant, como en la isla del otro lado se había radicado Pagani con su "Restaurant Pagani", de este lado le llamaron "Restaurant Fanessi". No era el nombre de la isla sino del restaurant, pero muchos le empezaron a decir "Isla Fanessi". Tal es así que habían hecho un muelle para desembarcar pasajeros y, cuando lo reparó Obras Públicas, le pusieron un cartel de "Muelle Fanessi". ...
(continuará)
3 comentarios:
El Sr. Fanessi se merece este nombramiento, ha sido un ensenadense del cual nos sentimos orgullosos. Desde Madrid les agradezco que dentro de su biografía nombren a mi abuela Dª Mariquita Tesorieri, gran admiradora de la obra de Fanessi para el municipio y colaboradora del movimiento a lo largo de su vida.
Felicitaciones por esta web. Atentamente,
Me siento orgullosa de que sea recordado mi padre Andres cerrudo .muchas grasias por esta publicacion
Me siento orgullosa de que sea recordado mi padre Andres cerrudo .muchas gracias por esta publicacion
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