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Brindis de sangre - un poema de Luis Molinari (Ensenada - 1945)

BRINDIS DE SANGRE




Todos brindan a su modo
Yo a mi modo he de brindar
Un brindis particular
En el cual brindo por todos
Por todos por los que jamás
Nadie por ellos brindó
Consecuente hoy brindo yo
Por la tragedia y por el hambre
Alzo mi copa de sangre
En la cual Cristo bebió.



Brindo por los que al nacer
Y al llegar en este mundo
Lo abandona en un segundo
La fiera que le dio el ser
Hiena antes de mujer
Haber nacido debiste
Con tu acto sin alma hiciste
Que al hijo que en ti engendras
De guacho lo bautizaron
Vocablo humano, aunque triste.



Y brindo por Juan fulano
Que murió en el hospital
Sin bendición papal
Lejos de padres y hermanos
E inerte su cuerpo humano
Pues lo presta bondadoso
Que lo conviertan en trozos
Pro la ciencia y el porvenir
A los seres portentosos.



Brindo por esas mujeres
Rudas de nuestras campañas
Que no saben artimañas
Ni de ficticios placeres
Y de sus sanos quereres
Reciben con regocijo
De sus entrañas sus hijos
Bendiciendo tanta gracia,
En cambio en la aristocracia
La experiencia ya lo dijo.



Brindo por quien un mendrugo
A un potentado robó
Después que este le negó
Pan a sus hijos ¡Oh verdugo!
Ya lo dijo Víctor Hugo
En su novela genial
Que si robar es un mal
Pero mal es padecer
Quien roba para comer
Solo Dios debe juzgar.



Brindo por los enfermitos
Del Juan de Dios y el Muñiz
Que soportan el desliz
De sus males ¡pobrecitos!
Brindo y ruego al infinito
Combata el mal en acción
Brindo por la dirección
Y el personal competente
Brinden a todo paciente
Toda clase de atención.



Ya que es propicio el momento
Pues por los borrachos brindo
Y en los borrachos versos rindo
Mis borrachos pensamientos
Tenga o no fundamento
Borracho está el mundo entero
Ya de amor, ya de dinero
De pernot de sangre ¡guerra!
Lo cierto sobre la tierra
No hay un fresco verdadero.



Brindo por el condenado
Que luchó por un ideal
Y desde el mismo penal
Lucha y sufre resignado
La sociedad lo ha encerrado
Por su ideal superior,
Más abrevia su dolor
Al perdonar tantos yerros
Y piensa que en el destierro
Murió el gran Libertador.



Y ahora brindo por ellas
Las rameras, las livianas
Viciosas, para temprana
Fruta picada aunque bella
¡Oh qué destino, qué estrella,
Te arrojó en el lodo inmundo!
Mas nadie ignora en el mundo
Que si Dios bajase un día,
Sus males bendeciría,
Y en tal precepto me fundo.

10º

Brindo por el jugador
Que si el caso lo convida
Sabe jugarse la vida
En el naipe del honor,
O en los dados el amor
En la cancha en que se cuadre
O en un duelo entre compadres
Por defender un derecho
Y se hace ojalar el pecho
Por su patria y por su madre.

(Y ya al ocaso y en vísperas de mi funeral,
Brinden también por mí.
Solo les pido a los míos (a mis preciados)
Que no olviden de los que vendrán,
Amen a sus hijos como los amo yo.
No se olviden de la luz ni de soñar.
Seremos olvido con el tiempo
Pero algo siempre quedará)

Luis Molinari (1898 – 1957).
Ensenada, 1945
Enviado por Gerardo

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