La escuadra brasileña se encontraba anclada en el Paraná, frente a las barrancas del Riachuelo, aguas abajo de Corrientes, donde el río tiene unas siete millas de ancho y se divide por una isla.
El mariscal López piensa en apoderarse de la escuadra, que estaba compuesta por unos nueve acorazados con sesenta bocas de fuego, o tomar al menos de algunos de sus buques. A tal fin López prepara en Humaitá una expedición con todos los buques de que disponía, unos diez vapores, ya unas cuatro chatas artilladas con algún cañón cada una.
La flotilla paraguaya parte al mando del Capitán Pedro Ignacio Meza en la noche del 10 junio de 1865 y debía aprovechar la sorpresa en la madrugada del día 11, pero un hecho fortuito les jugó en contra; al pasar tres bocas, el vapor Yberá tuvo una avería y se le desprendió la hélice, por lo que se vieron demorados varias horas, llegando al punto de encuentro a las 8 de la mañana, siendo advertidos por los tripulantes brasileños, que se prepararon para repeler el ataque.
El plan previsto era abordar los buques brasileños, pero increíblemente la escuadrilla pasó de largo aguas abajo frente a la escuadra brasileña, cañoneándose mutuamente a fuego vivo.
Después de un trecho, los paraguayos dieron la vuelta y volvieron y se aproximaron a los buques enemigos, con la intención de abordarlos, pero según atestigua Thompson, los ganchos de abordaje no fueron adecuados ni suficientes:
“Los paraguayos cometieron el grave error –dice Thompson- de pasar primero frente a los brasileños en vez de aproximarse rápidamente a ellos. Perdieron así un precioso tiempo que ellos aprovecharon para aprestarse al combate. Además, los paraguayos no llevaron garfios para amarrarse debidamente” (Thompson. La guerra del Paraguay, p.87)
El almirante brasileño Francisco Manuel Barroso da Silva, en principio no supo que hacer y trató de retirarse al sur, pero fue hostigado duramente desde las baterías de tierra que el Mayor José María Bruguez había dispuesto en la barranca. Centurión, en sus “Memorias”, refiere que el almirante Barroso, del susto no supo que hacer y se entregó a las directivas de un práctico correntino, que así ofició de almirante de la escuadra.
El acorazado brasileño “Jiquitnhona” encalló en un banco, y el “Paranahiba” no alcanzó a pasar, sufriendo ambos grandes averías. El resto se vio envuelto en la batalla.
El Paranahiba fue abordado por los paraguayos, refugiándose parte de la tripulación en la bodega y el resto tirándose el agua. Los paraguayos izaron la bandera paraguaya pero el buque fue desalojado luego que el “Amazonas” barriera la cubierta.
El Belmonte (brasileño) recibió varios impactos y quedó semihundido contra la barranca. El “Paraguari” recibió un proazo y quedó varado en al costa y el “Márquez de Olinda”, (paraguayo) sufrió averías en la caldera y quedó fuera de combate.
Luego de ocho horas de encarnizado combate se retiran lentamente los paraguayos seguidos por los brasileños sin muchas ganas de alcanzarlos, y hostigados desde tierra con la artillería volante, ser retiran los brasileños hacia el sur, quedando la escuadra inactiva durante 10 meses.
En la acción intervino con un frágil lanchón el sargento mayor José María Fariña, el héroe de Itapirú. El capitán Meza cayó gravemente herido y trasladado a Humaitá, murió el 28 de junio.
Fuentes:
- García Mellid. Atilio. "Proceso a los falsificadores de la historias del Paraguay"
- Thompson George. La guerra del Paraguay.
- Castagnino L. Guerra del Paraguay. La Tripe Alianza contra los paises del Plata
- Riquelme Manuel. Compendio de la guerra de al Triple Alianza
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar
El mariscal López piensa en apoderarse de la escuadra, que estaba compuesta por unos nueve acorazados con sesenta bocas de fuego, o tomar al menos de algunos de sus buques. A tal fin López prepara en Humaitá una expedición con todos los buques de que disponía, unos diez vapores, ya unas cuatro chatas artilladas con algún cañón cada una.
La flotilla paraguaya parte al mando del Capitán Pedro Ignacio Meza en la noche del 10 junio de 1865 y debía aprovechar la sorpresa en la madrugada del día 11, pero un hecho fortuito les jugó en contra; al pasar tres bocas, el vapor Yberá tuvo una avería y se le desprendió la hélice, por lo que se vieron demorados varias horas, llegando al punto de encuentro a las 8 de la mañana, siendo advertidos por los tripulantes brasileños, que se prepararon para repeler el ataque.
El plan previsto era abordar los buques brasileños, pero increíblemente la escuadrilla pasó de largo aguas abajo frente a la escuadra brasileña, cañoneándose mutuamente a fuego vivo.
Después de un trecho, los paraguayos dieron la vuelta y volvieron y se aproximaron a los buques enemigos, con la intención de abordarlos, pero según atestigua Thompson, los ganchos de abordaje no fueron adecuados ni suficientes:
“Los paraguayos cometieron el grave error –dice Thompson- de pasar primero frente a los brasileños en vez de aproximarse rápidamente a ellos. Perdieron así un precioso tiempo que ellos aprovecharon para aprestarse al combate. Además, los paraguayos no llevaron garfios para amarrarse debidamente” (Thompson. La guerra del Paraguay, p.87)
El almirante brasileño Francisco Manuel Barroso da Silva, en principio no supo que hacer y trató de retirarse al sur, pero fue hostigado duramente desde las baterías de tierra que el Mayor José María Bruguez había dispuesto en la barranca. Centurión, en sus “Memorias”, refiere que el almirante Barroso, del susto no supo que hacer y se entregó a las directivas de un práctico correntino, que así ofició de almirante de la escuadra.
El acorazado brasileño “Jiquitnhona” encalló en un banco, y el “Paranahiba” no alcanzó a pasar, sufriendo ambos grandes averías. El resto se vio envuelto en la batalla.
El Paranahiba fue abordado por los paraguayos, refugiándose parte de la tripulación en la bodega y el resto tirándose el agua. Los paraguayos izaron la bandera paraguaya pero el buque fue desalojado luego que el “Amazonas” barriera la cubierta.
El Belmonte (brasileño) recibió varios impactos y quedó semihundido contra la barranca. El “Paraguari” recibió un proazo y quedó varado en al costa y el “Márquez de Olinda”, (paraguayo) sufrió averías en la caldera y quedó fuera de combate.
Luego de ocho horas de encarnizado combate se retiran lentamente los paraguayos seguidos por los brasileños sin muchas ganas de alcanzarlos, y hostigados desde tierra con la artillería volante, ser retiran los brasileños hacia el sur, quedando la escuadra inactiva durante 10 meses.
En la acción intervino con un frágil lanchón el sargento mayor José María Fariña, el héroe de Itapirú. El capitán Meza cayó gravemente herido y trasladado a Humaitá, murió el 28 de junio.
Fuentes:
- García Mellid. Atilio. "Proceso a los falsificadores de la historias del Paraguay"
- Thompson George. La guerra del Paraguay.
- Castagnino L. Guerra del Paraguay. La Tripe Alianza contra los paises del Plata
- Riquelme Manuel. Compendio de la guerra de al Triple Alianza
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar
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