Carnavales en la Ensenada a comienzos del siglo veinte.
"Carnavales de ayer... ¡Si parece un sueño!
Días de locura, en que cabía a Ensenada el honor de sus corsos famosos llenos de alegría y abundante luz, con muchas lamparitas eléctricas que se encendían todas, aunque estaban demasiado juntitas; palcos tan juntitos como piezas de conventillo que lucían ornamentos lujosos formando distintos motivos y cuya subasta del terreno para esas noches, realizada un mes antes de la fecha, daba como resultado precios abultados, que luego figuraban detalladamente en los diarios y periódicos de mayor circulación... Fulano de Tal el número tal a tanto, etc.
Carruajes arreglados en forma de ranchos, carros conduciendo el célebre "Cocodrilo", "El trasatlántico", "El fogón de Ño Fulgencio", etc. etc.
Chicas elegantes y simpáticas como las de hoy, y que como las de hoy lucían sus encantadoras siluetas, mientras los "muchachos" dábamos vueltas y vueltas en rededor hasta que caíamos como una pera madura; también... ¿quién es capaz de resistirse al eléctrico sacudón de dos ojazos grandotes como un dos de oro, aunque muy a su lado se encontraran otros dos ojos incansablemente abiertos al cuidado de la 'chica tonta e inocentona'?"
(Felipe Rezzónico, "Riberas del Plata", enero de 1944)
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